Lizeth Sevilla
Este
dios del caos que me hizo a su imagen y semejanza
una
mujer estúpidamente temporal
que
no aprendió a descifrar
los
sonidos guturales de los hombres
ni
sus ojos
ni
sus pasos.
Que
ejerció la voluntad del amor
con
el vientre
y
no supo detenerse
porque
no sabía hacer otra cosa.
Este
dios manco
que
me endilgaron sin preguntarme
debió
brotar mejor de la tierra
para
que me relegara el desprendimiento
la
naturalidad de la fuga
y
no éstas consignas de eternidad
lejanas
en su reino
que
van secando mis entrañas.
Por
qué no me hizo asexual
como
castigo a la imprudencia
de
creerlo un dios de crisis económica
un
dios del yunque, pederasta
un
dios capitalista que prostituye la tierra.
Por
qué no me hizo polvo
piedra
caliza
estatua
sin manos
por
no poder nombrarlo en mayúsculas
por
creerlo el hacedor
de
esos hombres de marea
hombres
de espuma que lo olvidan todo.
Por
qué no viene y me corta la lengua
y
me ata las manos
lejanasdel
texto
de
los cuerpos de esos hombres
que
alguna vez me dejaron garabatear
sobre
sus pieles desnudas.
Por
qué no me corta los senos
y
se lleva las grietas
que
dejaron las caricias
de
esas manos lúdicas
lenguas
sin tiempo
con
demasiada dignidad.
Por
qué no viene y me extirpa el vientre
y
se lleva mis libros para los bienaventurados
que
no hacen nada en su reino
que
se lleve mi alma
[para que arda como zarza]
misdelicados
mis
botas rotas
Que
venga
que
lo tire, lo venda,
lo
prostituya en las esquinas
y
de una vez por todas
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