domingo, 20 de enero de 2013

De la muerte y el abismo I


Lizeth Sevilla

Este dios del caos que me hizo a su imagen y semejanza
una mujer estúpidamente temporal
que no aprendió a descifrar
los sonidos guturales de los hombres
ni sus ojos
ni sus pasos.



Que ejerció la voluntad del amor
con el vientre
y no supo detenerse
porque no sabía hacer otra cosa.

Este dios manco
que me endilgaron sin preguntarme
debió brotar mejor de la tierra
para que me relegara el desprendimiento
la naturalidad de la fuga
y no éstas consignas de eternidad
lejanas en su reino
que van secando mis entrañas.

Por qué no me hizo asexual
como castigo a la imprudencia
de creerlo un dios de crisis económica
un dios del yunque, pederasta
un dios capitalista que prostituye la tierra.


Por qué no me hizo polvo
piedra caliza
estatua sin manos
por no poder nombrarlo en mayúsculas
por creerlo el hacedor
de esos hombres de marea
hombres de espuma que lo olvidan todo.

Por qué no viene y me corta la lengua
y me ata las manos
lejanasdel texto
de los cuerpos de esos hombres
que alguna vez me dejaron garabatear
sobre sus pieles desnudas.

Por qué no me corta los senos
y se lleva las grietas
que dejaron las caricias
de esas manos lúdicas
lenguas sin tiempo
con demasiada dignidad.

Por qué no viene y me extirpa el vientre
y se lleva mis libros para los bienaventurados
que no hacen nada en su reino
que se lleve mi alma
                    [para que arda como zarza]
misdelicados
mis botas rotas


Que venga
que lo tire, lo venda,
lo prostituya en las esquinas
y de una vez por todas
me deje vivir…

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