viernes, 12 de septiembre de 2014

Cortázar, 100 años

Ricardo Sigala Gómez



El 26 de agosto se cumplió el centenario del nacimiento de Julio Cortázar. Este escritor argentino, nacido en Bélgica en 1914 y muerto en París setenta años más tarde, en 1984, es reconocido como una de las figuras más emblemáticas de la literatura latinoamericana y tiene un lugar importante en las letras universales.



            Fue autor de Rayuela, novela por la que se le reconocido como un modelo de libertad creativa y  una gran capacidad de hacer conexión con los lectores,  Rayuela en muchos sentidos representa las aspiraciones y motivaciones de los jóvenes de los años sesenta, a la vez que se constituyó como un símbolo de varias generaciones de lectores de éste y del otro lado del océano atlántico. La Maga y Oliveira, sus emblemáticos protagonistas que andaban sin buscarse, pero que andaban para encontrarse, poblaron los sueños de los lectores porque Rayuela es de esas novelas que no terminan cuando leemos la última página y cerramos el volumen, se trata de una obra que produce ecos que permanecen y se mezclan con nuestras vidas aun cuando hayan pasado años, décadas de su lectura, en ese sentido Rayuela es un clásico contemporáneo. Otras novelas fundamentales de Cortázar fueron Los premios, 62 modelo para armar y El libro de Manuel entre otras.

Julio Cortázar se reveló desde sus primeros libros como un maestro indiscutible del cuento, género en el que se desenvolvía con especial naturalidad a pesar de las, a veces extrañas y extravagantes historias que pueden oscilar entre lo fantástico y el más inesperado surrealismo; son tantos los buenos cuentos de Cortázar que una antología de los mismos crecería de manera incontrolable. Enigmáticas casas tomadas, recurrentes juegos de espejos y desdoblamientos, irrupciones de lo insólito en la vida cotidiana, pero también músicos, boxeadores, juegos y animales del bestiario familiar. Algunos aseguran que el mejor Cortázar es el cuentista.

Julio Cortázar fue un polígrafo, además de novela y cuento publicó teatro, poesía, libros misceláneos, inclasificables, experimentales pero sobre todo lúdicos como La vuelta al día en ochenta mundos y Último round. Además fue un ensayista y conferencista de primer nivel, en el que se percibe a una intelectual conocedor de la literatura y de la realidad social de su tiempo. Cómo traductor nos heredó las mejores versiones castellanas de Edgar Alan Poe, y el Robinson Crusoe, así como Las memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar. Al parecer todo lo que tocaba la pluma de Cortázar se convertía en literatura, su correspondencia se publicó en  más de media docena volúmenes y hasta los apuntes de sus clases impartidas en la Universidad de Berkeley se han editado recientemente. Fue además un conversador insustituible, y cultivó la amistad con el mismo éxito con que escribió.

Este año casi se ha convertido en un lugar común celebrar a Cortázar, y puede que tantas notas en la prensa resulten en una monotonía ajena a la condición del homenajeado, el antídoto frente a este peligro es entrar en cualquiera de los títulos de la abundante biblioteca que nos ha dejado este ícono de la literatura de nuestros tiempos.



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