lunes, 1 de septiembre de 2014

Del libro a la mesa

Ricardo Sigala



COCINA Y LITERATURA

La literatura y la cocina son el punto de conjunción de los placeres que proporciona la lengua, “..nadie más cómplice de los placeres fundamentales: el gusto y la palabra”, escribe Dante Medina. La lengua es el instrumento de la literatura, la lengua es el órgano del placer alimenticio. Así como no nos conformamos con vivir sino que hacemos ficción, de la misma forma no nos conformamos con los alimentos que nos da la naturaleza sino que además inventamos platillos. La literatura y la cocina nos humanizan en nuestro afán de modificar el mundo, de ir más allá de la mera biología de nuestra condición natural.  



            Quizás por eso desde la antigüedad los textos literarios se detienen en el tema. Pienso en el Poema de Gilgamesh en el que la idea del  consumo de un tipo de alimentos guarda relación con el grado de civilización de los individuos, el salvaje Enkidú, que “con las gacelas tascaba la hierba (...). Sólo de leche de animales solía él mamar. Pusieron pan frente a él. El veía extrañado. Lo examinaba. Porque no sabía Enkidú de pan para comer”. En La Odisea el autor diferencia entre los que comen pan y los que comen flores, los lotófagos, bárbaros que ni siquiera “saben hablar como es debido”, y cuando se refiere al cíclope Polifemo, dice  que no conocía el pan ni la sal. En el antiguo poema anglosajón, Beowulf, los héroes y sus ejércitos tienen grandes comilonas y cuernos llenos de cerveza como recompensa a sus hazañas.

            Los excesos en la comida también tienen su cabida en la literatura, Dante Alighieri, en su Divina comedia, sometió a los glotones en el tercer círculo del infierno, sumergidos en el fango, bajo una intensa lluvia de granizo y ante la amenaza constante de las tres fauces de Cancerbero. Otros grandes glotones de la literatura son Gargantúa y Pantagruel. En oposición, nuestro tema también se ha teñido de manera positiva, Marcel Proust, con su monumental (siete extensos tomos) En busca del tiempo perdido, logra una de las obras maestras de la literatura de todos los tiempos a partir de la avalancha de evocaciones que su protagonista tiene en el momento de comer unas magdalenas con té de tila. En tiempos más recientes es muy reconocida la trilogía en torno a Reunión en el restaurante nostalgia de la estadounidense Anne Tyller; también memorable es el cuento “El festín de Babette” de Isak Dinesen, y en nuestro país la archicitada Como agua para chocolate de Laura Esquivel y Demasiado amor de Sara Sefchovich. Lugar especial ocupan las crónicas gastronómicas que, por aquí y por allá publica el argentino Martín Caparrós.

            Escritores de todos los tiempos se han detenido en la preparación de los alimentos y hasta han escrito recetarios. Sólo en nuestro país Sor Juana Inés de la Cruz nos dejó sus “recados” gastronómicos, Fernando del Paso junto con su esposa Socorro escribió y publicó originalmente en francés La cocina mexicana. Existe también un libro homónimo de Salvador Novo. En este panorama me gusta ubicar el  libro recetario de Laura Landeros, Festín de sabores.

FESTÍN DE SABORES

 En Laura Landeros confluyen las dos tendencias de las que hemos estado hablando. Una rica experiencia y una prolongada preparación tanto en la gastronomía como en la literatura la llevaron a idear la escritura de Festín de sabores.

Es importante precisar que este libro de Landeros no es sólo una suma de recetas sino que además tiene una fuerte vocación artística y literaria. Ella ha declarado que su deseo era  “crear un libro original, con un toque artístico y literario”. Partió del célebre poema de Pablo Neruda “Oda a la cebolla” y de ahí continuó agregando frases de escritores, sociólogos, gastrónomos que funcionan como una bienvenida al lector que las va encontrando al inicio de cada capítulo a manera de epígrafes. Reconocidas voces que invitan “a disfrutar la comida como uno de los mejores placeres cotidianos.”

Los menús del libro están integrados por recetas de distintas procedencias: un importante acervo de recetas de familia y de amistades, chefs profesionales, escuelas de cocina y la propia experiencia del la autora, con su “toque personal”.  El propósito del libro en palabras de su autora es: “reunir en un solo volumen las recetas suficientes para todo tipo de reunión. Y lo más importante, recetas tradicionales y prácticas, con ingredientes conocidos y de fácil preparación.  Recetas para hacer un llamado a una de las más sabrosas reuniones: la mesa compartida con aquellos que amamos.”
Festín de sabores es un libro bellamente editado por Avelino Sordo Vilches, uno de los mejores editores del Occidente de México, y cuenta con las ilustraciones de Natalia Ramos.

LA AUTORA
Laura Landeros Zuno (Guadalajara, 1958) es profesora Normalista en Educación Preescolar, Chef y Licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara. Se ha desempeñado como promotora literaria, investigadora  y asesora gastronómica y cafetera, además de ser “estilista de alimentos”.

Fue colaboradora de la revista “Tragaluz” y de la sección Buena Mesa del periódico Mural. Publicó el cuento “Antojo de Merengue” en de la Antología Cada loco con su tema, Editorial BENMA. En el Centro Universitario del Sur en el marco de Las Jornadas de Periodismo Impartió en el taller Periodismo Gastronómico, y fue  Ponente en ECI, Estudios Universitarios en Gastronomía y Hospitalidad, con la “Conferencia Literatura y Gastronomía”.

             Es una activa colaboradora en los siguientes programas de radio y televisión: “El expreso de las diez”, Radio UdG con Alonso Torres; “Un buen día”, grupo Radiorama con Erika Ramírez; “En Casa con Lety”, Radio Mujer con Leticia Orozco; “Eclipse de reflexiones”, Radio Vital, con Paty Rico; “GDL contigo”, Televisa Guadalajara Canal 4; y en Trapiche Comunicación, para Revistas de Clubes, con José Manuel Andrade.



INVITACIÓN

Festín de Sabores de Laura Landeros Zuno se presentará en La Casa Taller Literario Juan José Arreola el 5 de Septiembre a las 18:00 horas.

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