Ricardo
Sigala
COCINA Y LITERATURA
La
literatura y la cocina son el punto de conjunción de los placeres que
proporciona la lengua, “..nadie más cómplice de los placeres fundamentales: el
gusto y la palabra”, escribe Dante Medina. La lengua es el instrumento de la
literatura, la lengua es el órgano del placer alimenticio. Así como no nos
conformamos con vivir sino que hacemos ficción, de la misma forma no nos
conformamos con los alimentos que nos da la naturaleza sino que además inventamos
platillos. La literatura y la cocina nos humanizan en nuestro afán de modificar
el mundo, de ir más allá de la mera biología de nuestra condición natural.
Quizás por eso desde la antigüedad
los textos literarios se detienen en el tema. Pienso en el Poema de Gilgamesh en el que la idea del consumo de un tipo de alimentos guarda
relación con el grado de civilización de los individuos, el salvaje Enkidú, que
“con las gacelas tascaba la hierba (...). Sólo de leche de animales solía él
mamar. Pusieron pan frente a él. El veía extrañado. Lo examinaba. Porque no
sabía Enkidú de pan para comer”. En La Odisea
el autor diferencia entre los que comen pan y los que comen flores, los
lotófagos, bárbaros que ni siquiera “saben hablar como es debido”, y cuando se
refiere al cíclope Polifemo, dice que no
conocía el pan ni la sal. En el antiguo poema anglosajón, Beowulf, los héroes y sus ejércitos tienen grandes comilonas y
cuernos llenos de cerveza como recompensa a sus hazañas.
Los excesos en la comida también
tienen su cabida en la literatura, Dante Alighieri, en su Divina comedia, sometió a los glotones en el tercer círculo del
infierno, sumergidos en el fango, bajo una intensa lluvia de granizo y ante la
amenaza constante de las tres fauces de Cancerbero. Otros grandes glotones de
la literatura son Gargantúa y Pantagruel. En oposición, nuestro tema también se
ha teñido de manera positiva, Marcel Proust, con su monumental (siete extensos
tomos) En busca del tiempo perdido, logra
una de las obras maestras de la literatura de todos los tiempos a partir de la
avalancha de evocaciones que su protagonista tiene en el momento de comer unas
magdalenas con té de tila. En tiempos más recientes es muy reconocida la
trilogía en torno a Reunión en el
restaurante nostalgia de la estadounidense Anne Tyller; también memorable
es el cuento “El festín de Babette” de Isak Dinesen, y en nuestro país la
archicitada Como agua para chocolate
de Laura Esquivel y Demasiado amor de
Sara Sefchovich. Lugar especial ocupan las crónicas gastronómicas que, por aquí
y por allá publica el argentino Martín Caparrós.
Escritores de todos los tiempos se
han detenido en la preparación de los alimentos y hasta han escrito recetarios.
Sólo en nuestro país Sor Juana Inés de la Cruz nos dejó sus “recados” gastronómicos,
Fernando del Paso junto con su esposa Socorro escribió y publicó originalmente
en francés La cocina mexicana. Existe
también un libro homónimo de Salvador Novo. En este panorama me gusta ubicar
el libro recetario de Laura Landeros, Festín de sabores.
FESTÍN DE SABORES
En Laura Landeros
confluyen las dos tendencias de las que hemos estado hablando. Una rica
experiencia y una prolongada preparación tanto en la gastronomía como en la
literatura la llevaron a idear la escritura de Festín de sabores.
Es importante precisar que este libro de Landeros no es
sólo una suma de recetas sino que además tiene una fuerte vocación artística y
literaria. Ella ha declarado que su deseo era
“crear un libro original, con un toque artístico y literario”. Partió
del célebre poema de Pablo Neruda “Oda a la cebolla” y de ahí continuó
agregando frases de escritores, sociólogos, gastrónomos que funcionan como una
bienvenida al lector que las va encontrando al inicio de cada capítulo a manera
de epígrafes. Reconocidas voces que invitan “a disfrutar la comida como uno de
los mejores placeres cotidianos.”
Los menús del libro están integrados por recetas de
distintas procedencias: un importante acervo de recetas de familia y de
amistades, chefs profesionales, escuelas de cocina y la propia experiencia del
la autora, con su “toque personal”. El
propósito del libro en palabras de su autora es: “reunir en un solo volumen las
recetas suficientes para todo tipo de reunión. Y lo más importante, recetas
tradicionales y prácticas, con ingredientes conocidos y de fácil
preparación. Recetas para hacer un
llamado a una de las más sabrosas reuniones: la mesa compartida con aquellos
que amamos.”
Festín de
sabores es un libro bellamente editado por Avelino Sordo
Vilches, uno de los mejores editores del Occidente de México, y cuenta con las
ilustraciones de Natalia Ramos.
LA AUTORA
Laura Landeros Zuno (Guadalajara, 1958) es profesora
Normalista en Educación Preescolar, Chef y Licenciada en Letras Hispánicas por
la Universidad de Guadalajara. Se ha desempeñado como promotora literaria, investigadora y asesora gastronómica y cafetera, además de
ser “estilista de alimentos”.
Fue colaboradora de la revista “Tragaluz” y de la sección
Buena Mesa del periódico Mural. Publicó el cuento “Antojo de Merengue” en de la
Antología Cada loco con su tema, Editorial
BENMA. En el Centro Universitario del Sur en el marco de Las Jornadas de
Periodismo Impartió en el taller Periodismo Gastronómico, y fue Ponente en ECI, Estudios Universitarios en
Gastronomía y Hospitalidad, con la “Conferencia Literatura y Gastronomía”.
Es una activa colaboradora en los siguientes programas
de radio y televisión: “El expreso de las diez”, Radio UdG con Alonso Torres;
“Un buen día”, grupo Radiorama con Erika Ramírez; “En Casa con Lety”, Radio
Mujer con Leticia Orozco; “Eclipse de reflexiones”, Radio Vital, con Paty Rico;
“GDL contigo”, Televisa Guadalajara Canal 4; y en Trapiche Comunicación, para
Revistas de Clubes, con José Manuel Andrade.
INVITACIÓN
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