martes, 14 de octubre de 2014

Modiano, las siniestras entrañas de la Historia

Ricardo Sigala


Durante más de cuarenta y cinco años el escritor francés Patrick Modiano se ha dedicado a construir una obra literaria basada en la memoria y en la búsqueda de poner orden en el caos de nuestros días, en buscar respuestas a las incertidumbres del presente por medio de la indagación de la historia reciente. Casi la totalidad de sus libros suceden en un modesto barrio de París entre los años cuarenta y los años setenta, y se concentra principalmente en lo que él llama los años oscuros de París, que no son otros que los años de la ocupación nazi durante la segunda Guerra Mundial.


            La mirada crítica de Modiano, así como su intensa documentación, han llevado a que los franceses no sólo se reconozcan víctimas de la invasión nazi, sino que salgan además a la luz complicidades del propio Estado francés con el tercer Reich, que incluyen entre otras cosas, la persecución de los judíos asentados en Francia. Un ejemplo de esto es el guión que Modiano realizó para la película Lacombe Lucien (en colaboración con Louis Malle, 1974),  que aborda la cuestión del colaboracionismo durante la ocupación alemana de Francia.

            El otro gran ejemplo tiene que ver con una de sus novelas más celebradas, Dora Bruder (1992) que se basa en la historia real de una adolescente de quince años en París que se convierte en víctima del Holocausto. Patrick Modiano había encontrado en un viejo periódico de la Segunda Guerra Mundial, un anuncio que lo impresionó y lo llevó a hacer una investigación intensa, tanto documental como a partir de testimonios, que dio lugar a una de las novelas más emblemáticas de la literatura europea de las últimas décadas en lo que se refiere al tema del holocausto. El anuncio de la prensa decía lo siguiente: “Se busca a una joven, Dora Bruder, de 15 años, 1,55 metros, rostro ovalado, ojos gris marrón, abrigo sport gris, pullover burdeos, falda y sombrero azul marino, zapatos sport marrón. Ponerse en contacto con el señor y la señora Bruder, bulevar Ornano, 41, París”.  Se trataba de las calles y los años de la infancia de Modiano, incluso conoció a personas que también convivieron con la desconocida Dora Bruden, así que se puso a andar sobre sus pasos, a recuperar su pasado, y junto con él el pasado de uno de los sucesos más terribles que registra la historia contemporánea. Sus pesquisas le llevaron a la colaboración entre Francia y Alemania y a Auschwitz, “a las siniestras tripas de la Europa del siglo XX.”, en palabras de Alberto Manguel.

En una entrevista publicada en el suplemento Babelia del diario El país de España, en 2009, Modiano explicó sobre aquella novela: "Luego, con los años, y con el libro ya publicado, me llegó algo más de documentación sobre Dora. Y me planteé la cuestión de si merecía la pena reescribir la novela o no. Decidí que no. No soy historiador. Soy novelista. No importa tanto el resultado de la búsqueda como la búsqueda en sí. Así que la novela se quedó como está". Con esta declaración Patrick Modiano no sólo se desmarca de los estudios históricos y se reafirma con escritor de ficción, también está renunciando a que su novela represente sólo a un caso específico, único y exclusivo. Al hacerlo, asume su libro como un caso simbólico, significativo que puede aspirar a la categoría del mito, la alegoría, el tópico, que tienen en su naturaleza acoplarse a la humanidad más que al individuo.

El jueves pasado la Academia de Estocolmo, anunció que este año el ganador del Premio Nobel de literatura es justamente Patrick Modiano. Este gesto, entre otras cosas, reconoce que su obra no se reduce a la experiencia francesa, sino que se torna universal. Veo en la obra de Patrick Modiano, una enseñanza urgente para nuestras sociedades, que se empeñan en la construcción de su identidad nacional a partir de una historia oficial en la que hay buenos y malos, cuando en realidad todos somos a la vez, en mayor o menor medida víctimas y victimarios, ya sea por omisión o por deliberada ignorancia. La lectura de una obra de estas características nos urge a los mexicanos para comprender el pasado violento que no hemos superado, esas siniestras entrañas de nuestra historia, cuya más reciente manifestación son los sucesos acaecidos en Iguala, Guerrero, a un grupo de normalistas.


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