Ricardo Sigala
Cuáles son los nombres que más impacto tuvieron en el mundo literario en el año que acaba de
terminar. Cualquier criterio es cuestionable pero voy a recurrir a uno que
resulta práctico y para muchos es por demás válido, pues se trata de los
ganadores de los principales premios de literatura a nivel mundial, que
querámoslo o no, hacen un papel crucial en el mercado y el consumo de libros.
Comencemos
por el nobel 2014, el francés Patrick Modian que ha dedicado casi toda su
vida a escribir una serie de novelas en la que explora el origen, la identidad,
la memoria, las injusticias y la barbarie de la guerra, como una especie de
ajuste de cuentas con la Historia, casi siempre a partir de los meses de la
ocupación alemana. La literatura de Patrick Modiano es poseedora de una
poderosa identidad, sus características han dado lugar en lengua francesa al
adjetivo modianesque. Destaca el hecho de que sus novelas son de muy
poca extensión, oscilan entre las cien y las doscientas páginas. Esa breve
extensión le basta para ejercer una literatura de una “elevada intensidad
narrativa e intelectual”. Su tono ha sido definido como “la música Modiano”;
una escritura particularmente literaria, evocadora y con frecuencia
inquietante. Dueña de un “intimismo” que con sus “breves frases de diario personal
le confieren al lector la categoría de confidente”. Muy recomendables son sus
novelas Un pedigrí, Nora Bruden y En el café de la juventud perdida, entre otras.
El
premio Cervantes suele ser llamado el nobel de la lengua española. Este año, el
jurado de este premio tomó una decisión que sorprendió a propios y extraños,
pues nombró a Juan Goytisolo como ganador de esta edición, Goytisolo es uno de
los grandes críticos y heterodoxos de la cultura española, pero además es uno
de los escritores possedores de una inteligencia literaria que todo lector
distruta y agradece. A lo largo de más de medio siglo de escritura ha
transitado por la cultura hispana e islámica desde la Edad Media hasta
nuestros días, ha recorrido la aventura
literaria del boom latinamericano y se ha apropiada de la cultura contempránea
del norte de Africa, en donde reside desde hace más de dos décadas. Goytisolo
cultiva la novela, el ensayo, el libro de viajes, las memorias, la crónica, el
testimonio y la crítica, y se ha convertido en un escritor imprescindible en
nuestra lengua. Destacan sus novelas Señas
de identidad, Duelo en el paraíso,
y los dos volúmenes de sus memorias Coto vedado y En los reinos de taifa.
El Premio Príncipe de Asturias de la Letras le fue
otorgado al novelista irladés John Banville. Un autor que se caracteriza por su
marcada imaginación y creatividad. De entrada hay que decir que Banville es en
realidad tres escritores, uno el autor de las prestigiosas novelas El mar,
Eclipse o Antigua luz; pero también es Benjamin Black creador de
novelas policiacas afamado por sus títulos La rubia de los ojos negros o
Venganza sólo por mencionar los más recientes. Además con el pseudónimo
Black ha dado vida nuevamente a Philip Marlowe, el célebre
detective creado por Raymond Chandler.
El jurado del
premio enfatizó su "inteligente, honda y original creación novelesca, y a
su otro yo, Benjamin Black, autor de turbadoras y críticas novelas
policiacas". El acta del jurado concluye: "Cada creación suya atrae y
deleita por la maestría en el desarrollo de la trama y en el dominio de los
registros y matices expresivos, y por su reflexión sobre los secretos del
corazón humano". Banville se impuso a otros fuertes candidatos, Ian
McEwan, James Salter y Haruki Murakami.
En
2014, el premio más influyente en las lenguas romances, el FIL de Literatura
que entrega la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, se otorogó por primera vez a un escritor de
lengua italiana. Y lo hizo de manera por demás acertada al nombrar Claudio
Magris quien goza de un enorme reconocimiento en el mundo occidental. Es autor
de más de una veintena de libros que se han traducido a más de veinte
idiomas. El viaje es una de sus pasiones
literarias y las fornteras uno de sus principales de tamas de reflexión, su
geografía predominate es el rico y complejo mundo de la Europa central. Además
de su trayectoria literaria es un intelectual identificado con la mejor
tradición humanista. Magris ha cultivado la novela, el ensayo, el libro de
viajes, la crónica, la autobiografía, y además los ha mezclado para dar
lugar a libros sumamente personales que se resisten a las clasificaciones
convencionales. Son muy recomndables sus libros El Danubio, Microcosmos, El infinito viajar y El tallo entre las piedras.
En
cuanto a los mexicanos quiero destacar a Juan Pablo Villabolos cuya la versión
inglesa de su novela Fiesta en la
madriguera ha sido considerado entre los mejores libros del año en
Australia y la versión británica de Si
viviéramos en un lugar normal, ha sido nominada al International IMPAC Dublin Literary Award de
2015. También importante destacar a la mexicana Guadalupe Nettel que en el año
que termina ganó el prestigioso Premio de Novela Herralde otorgado por la
editorial Anagrama de España por su
novela Después del invierno. Nettel
si bien no llaga a los cuarenta años de edad, cuenta con una carrera plagada de
reconocimientos tanto en nuestro país como en el extranjero, especialmente en
Francia, en donde ella radica hace varios años. Se trata de una escritora dueña
de una escritura profunda, humana e inteligente, sus textos breves resultan
impactantes. Son muy recomendables sus volúmenes de cuento Pétalos y otras historia incómodas y El matrimonio de los peces rojos que el año anterior fue reconocido
en el España.
Este
breve recorrido por los nombres a los optaron ciertas autoridades literarias en
el mundo, nos sirve para hacer la recomendación y recibir el 2015 con una buena lectura.
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