Milton
Iván Peralta
“Alicia abrió la puerta y descubrió que
conducía a un estrecho pasadizo, no mucho mayor que una ratonera. Se arrodilló
y, a través del corredor, vio el más hermoso jardín que jamás hayan visto”,
dice uno de los párrafos del clásico literario de Lewis Carroll “Alicia
en el País de las Maravillas”. Frases,
personajes, y todo el mágico país resonó en la maravilla del paisaje
zapotlense. Cada niño, cada lector que paso frente al micrófono del CUSur o en
el jardín principal, fueron cayendo poco a poco en la aventura de la niña
Alicia.
El 23 de abril es fecha
importante para todos los amantes de la lectura, es uno de los pocos días en el
año que cientos de personas se reúnen a compartir una sola obra, en esta
ocasión fue la monumental “Alicia en el País de las Maravillas”, obra
magnánima que retumbo en las vocecitas de los niños que desplegaban como un
telescopio conforme su imaginación iba creciendo al avanzar las páginas.
El
calor no impidió que en el centro los lectores fueran cayendo, que la
inauguración con autoridades tenían más de 60 pequeñines habidos por conocer el
libro que más veces ha sido llevado al cine. Ni las repeticiones del maestro de
ceremonias bajó el ánimo, parecía más bien se parecía a los personajes Tweedledum and Tweedledee. El tiempo lo
llevaba el conejo blanco y avanzaba, así las líneas, las voces, las risas, la
gente. Los lectores se hicieron como Cheshire.
El CUSur se invadió de las
letras, los conversatorios, los trajes, la eterna hora del té. Los alumnos y
visitantes perdieron la razón con la obra. En el Zapotlán de Arreola Lewis
entró para dejarnos su magia, de hacer de Zapotlán su disparate.
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