martes, 26 de octubre de 2010

Preparan el Alabado a los Muertos

El gobierno municipal de Zapotlán el Grande, a través de su archivo histórico, organiza y realizará el canto del Alabado a los Muertos, en su edición 2010, que se llevará a cabo el sábado 30 de octubre, teniendo como punto de reunión la plazoleta Guillermo Jiménez (Testerazo), a las 7:30 de la noche. 

 “Como cada año, se hará un recorrido a pie desde el citado lugar hasta el cementerio municipal Miguel Hidalgo, mientras se reza el rosario; al término el auditorio se instalará en el ingreso principal (junto a la pila Carolina) para realizar el canto. Esperamos que las personas nos acompañen y vivan una de las tradiciones de más arraigo en nuestra región”, dijo al respecto el cronista Fernando González castolo.

Explicó que las ofrendas y altares que por tradición se colocan en algunas casas, al difunto se le venera, se le alimenta, se le recuerda de manera especial y se le guía por medio de las flores de cempasúchil, velas o faroles que iluminan el camino.

Foto: José Ramón Rodríguez.
            “Pero el muerto no sólo exige que se le alimente, también requiere de plegarias y rezos, así como de visitas en el lugar donde ha dejado su cuerpo. Por ello, en los pueblos mexicanos, es frecuente desarrollar ciertos ritos, de acuerdo a la región, que conlleven a esta condición”, abundó el cronista.

Dijo que en Tuxpan es común que se dejen escuchar estas plegarias, con un canto muy sentido llamado “El Alabado a los Muertos”, que es entonado por las voces indígenas que recuerdan las ricas tradiciones ancestrales de nuestros antepasados.

          Agregó que el Alabado a los Muertos, va combinado con elementos muy característicos, flores, velas, incienso, que evocan un panorama único, logrando patéticas escenas de intimidad y recogimiento, respeto y veneración, nunca importunados ni aún por la ajena visita de los espectadores.

         En la Comunidad Indígena de Tuxpan, la tradición de ofrenda de muertos, se acompaña con el canto de El Alabado a los Muertos, iniciando en el panteón o cementerio y de ahí a los domicilios particulares donde se tiene ya dispuesto un bello altar de muerto, con variados platillos típicos de diversos guisados, fruta y bebida, que se comparte al final entre todos los presentes, en un ambiente de total respeto.

            “Hoy día, aquí en Zapotlán, deseamos contagiarnos de la riqueza costumbrista de Tuxpan, ya que creemos así debió ser aquí hace muchos años, en un humilde intento de rescatar y revalorar las tradiciones que nos dignifican y significan como un orgulloso pueblo mexicano”, concluyó González Castolo.



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