jueves, 21 de octubre de 2010

Una verdadera revolución

Ana Mayra Pérez Martínez
Festejamos el bicentenario del país, las fiestas se realizaron en grande, la gente viajó a diferentes lugares del país para festejar nuestra libertad, para gritar que somos mexicanos y que estamos orgullosos de ellos. Pero mientras la millones de mexicanos festejaban, otros sufrían precisamente la falta de libertad.
De que nos sirve ser supuestamente libres si vivimos con miedo, si existen miles de personas que sufren por la violencia, la inseguridad, los secuestros. Si no podemos estar en la calle libremente sin pensar que alguien nos puede asaltar, atropellar o pero aun si sabemos que en cualquier momento puede haber una balacera y no importa si eres un buen ciudadano o no, si eres una persona honrada, simplemente por estar ahí y porque les da la gana agarrarse a balazos en plena calle tu vida puede terminar en ese momento.
Y le echamos toda la culpa al gobierno, porque no ve por nuestros intereses, porque no paran ni arreglan todo lo que está mal en nuestro país, y mientras tanto, nosotros como ciudadanos ¿qué hacemos?, nos quedamos sentados viendo como las cosas van de mal en peor.
Ahora sigue la revolución, cien años de nuestra revolución, de quitar del poder a dictadores que sometían por la fuerza al pueblo. Una revolución ciudadana es lo que deberíamos hacer, cambiar nuestra mentalidad, apoyar al gobierno en lugar de reprocharle todo lo que no hace ya sea porque no quiere, o peor aún porque no lo dejan. Si nuestros legisladores no se pueden poner de acuerdo, ni pueden respetar al presidente, porque nosotros no hemos de hacerlo.  Eso sí sería una verdadera revolución, apoyar al gobierno, apoyar los actos del presidente, confiar, respetar tanto a nuestros gobernantes como a cualquier ciudadano.
Si no hacemos nada por nuestro país, no tenemos ningún derecho a quejarnos de los hace o deja de hacer el gobierno, si nosotros mismos no nos respetamos los unos a los otros para crear una nación más fuerte, no podemos exigir respeto. Así como el 15 de septiembre gritamos que somos orgullosamente mexicanos, hay que hacerlo notar, hay que demostrar que estamos orgullosos de nuestro país, con sus altas y sus bajas, no solo por la fiesta. Hay que demostrar que juntos podemos ser la nación fuerte que todos queremos y que en conjunto con el gobierno podemos lograrlo.

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