Gabriela Cuevas Méndez
Desde siempre las mujeres y los niños son los más vulnerables dentro de nuestra sociedad. Prueba de ello es la explotación sexual de dichos individuos.
Desde siempre las mujeres y los niños son los más vulnerables dentro de nuestra sociedad. Prueba de ello es la explotación sexual de dichos individuos.
Según datos de la ONG, en México hay aproximadamente 500 mil niños explotados sexualmente y la cifra cada día crece. Lo más impactante de esta cifra es que son menores de edad que fueron llevados hacia este tipo de “trabajo”, generalmente forzados por la propia familia, la falta de alimento o porque fueron robados.
Si pudiéramos resumir la prostitución solo con el acto sexual a cambio de un pago, seríamos bastante condescendientes con la situación que vive actualmente nuestra sociedad. Por desgracia, la explotación sexual va más allá del contacto sexual. Generalmente, implican golpes, uso de instrumentos u objetos sexuales. De acuerdo a estos hechos, podríamos decir que se tiene el dominio de la persona a cambio de un pago.
Vallarta, Acapulco y Ciudad Juárez son considerados “paraísos sexuales”. Por otro lado, los turistas visitan algunos lugares como Tijuana y Cancún a comprar algún tipo de actividad sexual, especialmente con niños. Por lo tanto, a México se le considera un lugar donde la prostitución se puede conseguir de manera muy sencilla. Actualmente nuestro país es un centro de explotación sexual infantil. Uno de los centros más grandes del mundo y que crece de manera desenfrenada.
Si quisiéramos erradicar este mal, el no consumir este tipo de servicios sería nuestra mejor opción, y así, podríamos frenar el crecimiento y terminar con ella de manera definitiva.
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