José Manuel Ramírez Garibay
Los malos manejos de las compañías automotrices, la crisis global, el alto costo del combustible, entre otros factores, fueron las causas que llevaron a pique a las monstruosas compañías que hasta el 2007 parecían sólidas. Para entender porque esta crisis afectó de sobremanera a unos y en una cantidad mucho menor a otros es de importancia observar la situación de cómo estaban preparados los involucrados.
Los Tres Grandes de Detroit, como se les conoce a General Motors, Ford y Chrysler, crean 420 mil empleos directos en Estados Unidos, a esta cifra se le debe sumar los puestos de trabajo que generan en otras partes del mundo. Si llegaran a cerrar todas sus plantas y concesionarias, existirían tres millones de personas desempleadas. Para evitar esta escena catastrófica, estas empresas pidieron en noviembre del 2008 ayuda económica al gobierno estadounidense de 25 mil millones de dólares, para poder reactivar el empleo y que se pudieran generar más recursos.
Lamentablemente para ellos, el problema no se acaba sólo con inyectar dinero en las compañías, también se debe realizar una reestructuración de la planificación de producción. Un ejemplo es General Motors, que tan solo ha perdido setenta mil millones de dólares desde el 2004, debido a ciertas deficiencias de ataque a la crisis automotriz. Tanto como General Motors, Ford y Chrysler tienen un problema en común, estas compañías poseen demasiadas marcas que compiten entre sí mismas y esto provoca que se debilite la empresa. Además se tienen demasiados modelos, lo cual aumenta los costos de producción y crea el problema de exceso de inventario de ciertos modelos. Otro problema clave es el número de concesionarios que poseen, el tener demasiados puntos de venta, aumentan los costos de comercialización.
Por otro lado, tenemos a Toyota, una empresa que posee una estructura y una planificación, pensada en la reducción de costos y buen servicio. Además de que está consciente de la situación actual por la que pasa la economía mundial. A diferencia de las anteriores tres compañías, Toyota tiene un número menor de marcas y de modelos, lo cual disminuye la competencia entre sus mismas marcas y reduce el costo de producción. Asimismo, el número de concesionarios que posee es menor a las mil quinientas plazas en Estados Unidos a diferencia de los seis mil doscientos de General Motors y los más de tres mil quinientos que tienen por separado Ford y Chrysler, pero a pesar de ello Toyota vende más automóviles que los últimos dos fabricantes. (EFE, 2008)
Después de la petición de Los Tres Grandes, el 5 de febrero del 2009 hubo una petición de ayuda del Tesoro de 17,400 millones de dólares para General Motors y Chrysler LLC. El 9 de marzo de 2009 el Banco Europeo de Inversiones (BEI) informó que tenía previsto aprobar en junio del mismo año unos 7,000 millones de euros (8,820 millones de dólares) en préstamos para la industria automovilística europea para el desarrollo de tecnologías limpias (y así se llevó acabo la aprobación de créditos pero por partes).
El primero de mayo del 2009 Chrysler presentó su solicitud de quiebra ante un tribunal de Nueva York al no poder reestructurar su deuda, la multinacional señaló que ha llegado a un acuerdo para la formación de una alianza con la firma italiana Fiat.
El primero de junio del 2009 General Motors se declaró en quiebra, tras lo cual la Casa Blanca tuvo que aprobar otra inyección de 30 mil millones de dólares (que se sumaron a los 20 mil millones ya aportados) para que pudiera funcionar durante la quiebra y reestructurara sus operaciones.
En el 2010 Toyota presentó su propia crisis, ajena a las causas que afectaron a los Tres Grandes, esta consistía en que tuvo que retirar ocho millones de carros del mercado mundial al descubrirse un fallo en el pedal del acelerador en ocho de sus más populares modelos y admitir problemas en los frenos del modelo híbrido Prius. Debido a esto Akio Toyoda, presidente y jefe máximo de Toyota, se tuvo que presentar ante los medios internacionales pidiendo disculpas pues Toyota estaba perdiendo por lo que luchó durante décadas ¨calidad, tecnología y buen desempeño¨.
México…
Está claro que México es un productor muy importante a nivel mundial en cuanto a la manufactura de automóviles, hubo unos años donde se empezaron a abrir plantas nuevas por la calidad del producto mexicano, pero a partir de las crisis financiera de Estados Unidos, las cosas cambiaron, ocasionando así que se tomaran algunas medidas como cerrar plantas productoras temporalmente.
Al inicio se creía que no todo eran malas noticias, pues un grupo de economistas de la banca Scotiabank opinaron que a pesar de que toda la industria automotriz se encontraba en una crisis profunda, México se hallaba bien parado para encararla. Carlos Gomes, economista de Scotiabank declaró que México estaba mejor parado, ya que Estados Unidos al contar con 3 empresas de ahí mismo, productoras de automóviles, representaban la mayor parte del mercado, México en cambio también contaba con plantas europeas y asiáticas, que del mismo modo son una parte importante en la economía de México. Hay que señalar que aunque la crisis es norteamericana, ante un mundo globalizado, también afecta a la industria asiática y europea, pero en menor nivel, así que en nuestro mercado existiendo un producto de diversos continentes, el saldo negativo es menor.
Sin embargo, actualmente México es el peor parado, ya que como se comentó en el VIII Congreso Internacional de la Industria Automotriz de México (CIIAM) el mercado de Estados Unidos creció en los primeros cinco meses del 2010 un 17%, mientras que la recuperación de México es apenas del 1.0%. Entre las acciones que lleven a la reactivación del mercado interno automotriz, se encuentra el comunicado de Felipe Calderón el 24 de Junio de este año, donde dice que desaparecerá la tenencia para cualquier persona que adquiera un automóvil modelo 2010, cuando su precio sea menor o igual a 250 mil pesos.
Aun cuando los datos indican que la tendencia negativa en producción y ventas empieza a revertirse, aún quedan muchas otras cosas por hacer para lograr que el sector automotriz mexicano se consolide. Concluyo lo mismo que dijo el presidente de la Asociación Mexicana de distribuidores de Automotores (AMDA), José Gómez Báez: ¨Si el modelo económico actualmente de la industria automotriz se reconfigura para incentivar el mercado interno, México podría proteger a sus fábricas, independientemente del ajuste de cualquier coyuntura que sucediera con cualquier empresa¨.
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