Salvador Manzano Anaya
El otro día mi compadre, estaba aventando lumbre como un demonio, porque fue a comprar unas gallinas gordas dizque para hacer cuachala y le vendieron unas bolas de cebo emplumadas, el caldillo parecía una sopa aguada de aceite de cártamo.
—Ve y desahógate compadre, la libertad de expresión, le dije de broma; pero no se lo hubiera dicho, ni tarde, ni perezoso se fue tras de doña Petra y le dijo hasta de que se iba a morir.
La cosa es que, mi desaforado compadre exacerbando sus ímpetus terminó tras la rejas, por faltas menores, por supuesto; pero enrejado: “nomás para que se le bajara la calambrina”, me dijo el custodio cuando fui por él. Y cuando salió el inocente corderito, así me andaba, dizque porque yo le di el consejo... “¡cárgame Dios mío!”.
Dedico estas letritas, a todos los comunicadores, en especial a aquellos que aún no han sabido usar con arte, lo que es la LIBERTAD DE EXPRESION, NO es LIBERTAD DE EX—PRESION, no se trata de exteriorizar nuestros demonios internos ¿he? ni de ametrallar con letras a nadie, para eso no hay derecho, por ningún motivo. El periodista tiene la obligación de informar con la verdad, con sentido cívico y con arte.
Con el beneficio de la libertad de expresión, el comunicador mas leído y mas aceptado será el que porta con la verdad, el que respeta a sus antagonistas, el que sabe de ética, y el que se maneja profesionalmente con inteligencia y carisma. Ese comunicador que informa desde una inquebrantable neutralidad, libre de polarizaciones y controversias.
El periodista debería pensar en el contenido de sus textos, como si escribiera un letrero y lo colocara en un sitio “x” de la ciudad, ¿Quién lo va a leer? no se sabe, pero ese letrero en la inteligencia de haber sido escrito para cualquier persona que lo lea, debe de hablar con la verdad, con honestidad, solo con el afán de comunicar. Nunca tratar de influir o de focalizar, ni de tratar de inducir al lector a alguna actitud determinada y mucho menos ser irrespetuoso.
En estos días es común notar tintes políticos, tendencias proselitistas y diversas direcciones, hasta indignantes peleas entre colegas “por medio de los medios”, tratando de atribuirle a sus “enemigos” nefastedades, como mi compadre diciéndole “aborto del chamuco” a la pobre de doña Petra, (aunque si parece, sshhs!; pero no es cierto, sabemos que no es cierto pues…)
Simple y sencillamente el comunicador, debe saber que solo cuanta con un canal, y ese es exclusivo para dirigirse al honorable publico en general, por lo tanto no puede usarlo para un sector minoritario y mucho menos a una persona. No tiene derecho y hacer uso de esto, y NO se llama libertad de expresión como piensan tantos, expresión: manifestación con palabras o con otros signos exteriores de lo que uno siente o piensa, a la mejor otros artistas, tienen mas flexibilidad en cuanto a expresarse libremente, como los poetas, los pintores, los escultores, o en el cine y el teatro; pero hablando del periodista y del comunicador y periodista este concepto es mas rígido, no debemos de abusar de él, en ocasiones ha sido sumamente peligroso, hasta mortífero. Ojala entre mi amable publico lector existan comunicadores que les lata mi humilde consejo. No debo enfocar a nadie con mis textos, lo sé, por eso le pido ferverosamente a Dios que quien revisa mis palabritas y puntuaciones, antes de llevarlas a la impresión para usted, reflexione un poco sobre esto, si la próxima semana no aparezco…usted comprenderá queridísimo lector, que es por culpa “ del monstruo” que atenta contra la libertad de expresión. Les mando un cálido abrazo a todos los comunicadores y artistas en este día de la Libertad de expresión. ¡Vámonos compadre!
Qué tal. Un comentario. No puedo estar de acuerdo con lo que escribe el señor Salvador Manzano Anaya. Desde luego que el ejercicio del periodismo y la comunicación son amplios, pero de ahí a que el periodista deba ceñirse solo a "comunicar", eso es un grave error, el periodista también debe tratar de influir, focalizar, como lo llama Manzano, con respeto y ética, eso sí, aunque muchas veces es difícil ateniéndonos al relativismo de Albert Einstein. El periodista o columnista, debe, no solo comunicar, sino tratar de influir, de incidir, de alentar, de motivar, etc., ciertos comportamientos en el ser humano, de tal forma que las acciones se encaminen hacia mejores escenarios, sino ¿qué sentido tiene vivir la vida por solo vivirla? Como ya lo dije, me niego a creer que esta vida nos ha sido dada solo para vivirle, mas no para transformarle. Saludos.
ResponderEliminarTwitter: @joseisabeles
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Hola Sr.Jose Isabeles, respeto su punto de vista respecto a la mision del periodista,cada quien;ojala fuera posible lo que usted propone, influir para bien, Dios lo oiga Sr.Isabeles;pero aceptemos que eso es una utopia.
ResponderEliminarPor eso, estamos como estamos porque tratan de convencer acorde a intereses particulares, !no señor!. La noticia es única y es la VERDAD, CRUDA, como venga,dulce o dolorosa;pero la verdad (sin retoquitos,ni tintes, ni politiqueces),perdóneme que le diga, pero la noticia y la verdad son casi sinonimos,sinó no seria noticia...seria falacia.
Y...La vida SI nos fue dada para vivirla y nada más para. Que la viva feliz,amargado,como quiera es su bronca;pero vívala.
Mi mas grande deseo es que la viva feliz y la disfrute plenamente. Saludos Cordiales. Salvador Manzano A.
Estimado Salvador Manzano Anaya, usted mismo que escribe ejerce cotidianamente el Periodismo, y sin ir tan lejos, usted mismo llega a influir, a incidir, a motivar, a inspirar pensamientos y acciones en sus lectores ¿no lo sabía? Por ejemplo, al leer esta nota suya, me he visto motivado a escribirle, pero por el otro lado me vi movido igualmente a ejercer el periodismo con un mayor rigor intelectual, incluídas la ética y el profesionalismo. Eso me inspira su texto, independientemente de no estar de acuerdo con lo dicho. Entonces está claro que todos influimos, y al igual que usted lo hace (quizá sin darse cuenta) cada cual le pone "retoquitos" o "tintes." Usted trata de convencer a sus lectores de conformidad con sus "intereses particulares", yo hago lo mismo, y cada quién según considera lo más correcto.
ResponderEliminarPor aquello de que la noticia es única y "verdad", vamos, no seamos tan ingenuos a estas alturas de la vida. ¿Qué es la "verdad"? ¿Un mismo hecho desde el punto de vista de 5 periodistas son 5 verdades o es una sola? En este sentido leamos de nuevo a Nietzsche, por aquello de: "no existen los hechos", sino que únicamente existen "interpretaciones" de esos mismos hechos. Así, esos 5 periodistas darán a un mismo hecho tonalidades diferentes, por más que incluso eviten emitir valoraciones...
Saludos hasta ciudad Guzmán, Salvador Manzano Anaya.
LPL José Guadalupe Isabeles Martínez