miércoles, 8 de junio de 2011

Primer encuentro de arte en Zapotlán

La Maga/Bajo el Volcán

Con motivo del primer aniversario de la Mezcalera Mátame poco a poquito, dedicada a la reivindicación de bebidas como el mezcal y el pulque, un grupo de jóvenes encabezados por el empresario cultural Alberto Alamillo, estudiantes de las carreras de Letras Hispánicas, Psicología y Veterinaria del Centro Universitario del Sur, han plantearon de un modo deliberado un festejo en el centro de Ciudad Guzmán en el que contarían con la presencia de diferentes bandas de rock. No obstante, poco a poco el proyecto fue en aumento y lo que se organizó con miras cortas, llegó a tierras de Jalisco inimaginables.


Por tal motivo, el 18 de junio, a partir de las 5:00 p. m. se espera lo que el equipo de la mezcalera llama El primer encuentro de Arte en Zapotlán el Grande. Con tan sólo quince días y cero presupuesto, estos jóvenes han hecho uso de habilidades sociales y gestión cultural para contar con la presencia de escritores de diversos municipios del estado de Jalisco, como Mario Z Puglisi de San Juan Cosala, el grupo literario de la Casa del Archivo de Colima, el grupo Bajo el Volcán de la ciudad, así como pintores como Paco Racru, Julian Helguera, Octavio Llamas, Vicente Rocha, el colectivo de fotografía de Guadalajara, el trabajo de Venado Encandilado, Isis Bravo, Edgar Hog, Ari Dávila. El colectivo de escultores del estado de Jalisco, artesanos de Zapotlán, el Grullo y Sayula. Compañías de ballet clásico el estado de Colima y Guadalajara así como un grupo de Claund de Colima.  

En el área musical, los jóvenes han invitado a la Orquesta Sinfónica Infantil de Tuxpan, los grupos de Guadalajara como Buffalo, Houdini, Los poderosos, La Palapa Reggae, el mariachi tradicional Los Choznos y desde el Grullo, La Guishi Funk Orquesta.

Este encuentro tiene la finalidad de repetirse año con año, siendo este encuentro la fiesta del arte en la que pintores, escritores, músicos, escultores y demás soñadores puedan compartir sus trabajos y puedan además interactuar con personas que probablemente no se dediquen a crear, pero sean espectadores. No es el encuentro para lamerse las heridas, sino para compartir con la gente de los pueblos lo que cada uno en sus trincheras realiza.

“Esperamos que las personas nos acompañen, agarren amor por el pulque y el mezcal y además se enteren de que los artistas son de carne y hueso”, finalizó Alberto Alamillo.

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