viernes, 20 de enero de 2012

Una fiesta que se rehace

Roberto Gutiérrez Flores


 De danzantes y nativos la fiesta bulle de barrio en barrio, de esquina a esquina este 20 de enero.
El termino de la misa en honor a San Sebastián es el punto de apertura de una fiesta multigeneracional, que pinta los trazos de un pueblo que renace en cada golpe de danzante, en cada máscara y traje adornado que recuerda la historia que fue forjándose a lo largo de los años y no se olvida, se repite cada lapso incorporando nuevos integrantes a su fecha festiva.

Los altares se reparten en cada barrio en donde familias enteras se integran a esa muestra de fe en la que se comparte comida y bebida en la primera gran concentración popular con motivo festivo religioso que causa el asombro e interés de pueblos vecinos y desde hace algunos años de grupos de estudiantes extranjeros interesados en conocer los motivos que guardan a este pueblo para manifestar año con año la isa devoción la misma fe en la que gallinas cerdos y chivos se vuelven el aliento que hacer ser a todos un pueblo mismo.

Danzantes ataviados con su atuendo de Sonajero guerrero altivo que representa el porte del Tuxpanense lo miso que los trajes de chayacates que recuerdan una fecha fatal de Tuxpan cuando fue acosado por una peste maligna que hiso nacer la fe entre los nativos en San Sebastián para que los protegiera y los dejara salir adelante.

Se cumple el ciclo y el pueblo se entrega a una de las tantas tradiciones heredadas que se niegan a morir y transcurrirán cuando se oculte el sol para continuar el día 27 durante la celebración de la fiesta conocida como la Octava y concluirá el 2 de Febrero con la fiesta en honor a la Candelaria mientras tanto hoy Tuxpan vive su fiesta la primera de un largo calendario que le dan ie al mote de reconocerse como el pueblo de la fiesta eterna. 
         

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