Con un auditorio lleno de estudiantes universitarios y público en general, la noche de este martes se estrenó el documental “El Albergue” de Alejandra Islas, como parte del tour DocumentArte del XXVII Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) en Ciudad Guzmán.
Luego de la premiere en Casa del Arte, su directora compartió las experiencias de grabación del documental producido entre 2008 y 2010, de las que obtuvo 60 horas de cinta, de manera independiente, aunque el apoyo finalmente llegó del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) para la postproducción.
“Fue una experiencia muy aleccionadora, me hizo crecer mucho desde el punto de vista de la realización, como documentalista pero lo más importante fue la vivencia personal. De estar enfrentada a una realidad muy impactante, de una pobreza que no había visto ni que había convivido con personas así”.
Habló también sobre el proceso creativo, que cambió de la idea original luego del análisis del material videográfico, para centrarlo en la figura del sacerdote Alejandro Solalinde, fundador del albergue “Hermanos en el camino” en Ixtepec, Oaxaca y tratar de tejer historias de los migrantes que transitan por este lugar.
“Siempre iba yo capturando momentos del padre, al final en la edición me dí cuenta de que él es el que se queda, es el que está en esta batalla, es él el que permanece y sigue siendo necio e insistente con esta construcción que está haciendo, por un lado material, el albergue, y por otro lado, la construcción de una situación más justa para los migrantes”.
El documental visibiliza a los migrantes centroamericanos durante su tránsito por México, tierra que también expulsa a sus habitantes hacia Estados Unidos, en busca del sueño americano, por las mismas razones: la ausencia de oportunidades laborales que los encamina a la pobreza y los obliga a separarse de su familia.
Las imágenes de “El Albergue” despiertan una serie de sentimientos y emociones humanas en vías de extinción: la solidaridad, la compasión, la angustia y el dolor que provoca el sufrimiento humano, que causa un nudo en la garganta y que los ojos se llenen de lágrimas.
“Me hice más consciente y más sensible a esta realidad, ojalá que los espectadores acepten esta invitación a sensibilizarse, a reflexionar un poco más porque es un problema realmente fuertísimo. Va a llegar un momento en que la presencia de la cultura Centroamericana en México va a ser muy visible porque muchos migrantes ya no quieren ir a Estados Unidos, ya su meta es llegar a Guadalajara, llegar a Monterrey”, señaló Alejandra Islas.
A la exhibición del documental asistió el maestro Víctor Hugo Prado Vázquez, secretario Académico del Centro Universitario del Sur, quien destacó que el documental despierta esa capacidad de asombro, que la humanidad está perdiendo, “el documental nos hace recuperar la capacidad de asombro, la capacidad de ser sensibles ante un fenómeno que estamos viviendo en todo el país y que lo padece Centroamérica y el propio Estados Unidos con los latinoamericanos”.
Estuvieron también presentes Alejandro Sánchez Cortés y Viktor Boga, coordinadores de DocumentArte del FICG y académicos del CUSur.
Este miércoles continúa la proyección de documentales con ¿Qué sueñan las cabras? de Jorge Prior y el jueves “Informe Huichol y Plaguicidas” de Patricia Díaz, “Fuimos Gigantes” de Víctor Navarro y “La casa de Luis Barragán” de Tufic Makhlouf. Todos a partir de las 18 horas.
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