J.
Ángel Chávez Nájar
TRADICIONES
QUE SE PIERDEN, En esta ocasión comentare algunas de mis experiencias vividas
en mi adolescencia y que al igual que las personas de más de cincuenta años de
edad recordaran. En el tiempo de cuaresma (festividad variable) dentro de esos
días de recogimiento espiritual se enmarca el miércoles de ceniza, viernes de
dolores, jueves, viernes santo y sábado
de gloria y el domingo de resurrección por decirlo de una manera generalizada.
MIÉRCOLES DE
CENIZA:
con esta celebración se inicia la cuaresma, tengo entendido que el acto de la
imposición de ceniza no es un sacramento sino un acto transmitido de una
generación a otra para recordar precisamente el inicio de la cuaresma. Recuerdo
que durante este periodo eran cubiertos los santos en todos los templos con
telas moradas, se supone que en señal de duelo actualmente solo una parte de
las imágenes son ligeramente cubiertas.
SEMANA SANTA: a mediados del
siglo pasado, durante estos días, nuestro padres no nos dejaban jugar ni hacer
alguna manifestación de gusto, no se podía cantar, mucho menos tocar música
quienes tenían aparato de radio que por cierto eran pocos, los mantenían
apagados hasta que se habría la gloria. A partir del jueves santo hasta el
sábado de gloria, el sonido de las campanas eran substituidas por las matracas
que eran colocadas en las partes altas de los templos, en el interior de la
parroquia por el lado derecho se exponía la imagen de Jesucristo en una caja de
cristal.
VIERNES DE
DOLORES:
es una tradición mexicana celebrar el viernes de dolores con los llamados
“incendios”, se nombran así debido a la gran cantidad de velas que se
utilizaban en los altares donde se venera la virgen de los dolores.
Aquí
en Tecalitlán en algunos barrios o colonias realizaban incendios-altares, los
adornaban con papel de china picado de diversos colores, sobre el altar se
colocaba el agua fresca que según el decir de quienes ponían “los incendios”
este elemento significaba las lágrimas derramadas por la virgen María.
SÁBADO DE GLORIA: regularmente
la gloria se abría después de la misa de las ocho de la mañana, se oía un gran
repique de campanas señalando con esto el fin de la cuaresma, la tradición o
costumbre era que al momento de abrirse la gloria, el papa o la mama daban de
“fajazos” a los entonces niños pretextando que como en esos días de
recogimiento no podían pegarles a sus hijos con esta acción se saldaban los
pendientes.
También
ese día se llevaba a efecto la tradicional quema de “los judas”, antes de este
acto, se leía el “testamento” de algunos personajes de los cuales se hacia mofa
obviamente ciudadanos de esta población. Esta tradición como se señalaron han
desaparecido por razones que se ignoran.
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