lunes, 9 de diciembre de 2013

Analizan retos de producción del Maguey y el Pulque

Con una discusión en la que participaron productores locales, artesanos, estudiantes e investigadores del Centro Universitario del Sur (CUSur) sobre los retos de la producción orgánica de alimentos, los cultivos criollos y perennes, se llevó a cabo la II edición del Festival del Maguey y el Pulque, que en esta ocasión tuvo como semilla invita al maíz.



Las actividades se realizaron este viernes pasado en Casa del Arte, recinto cultural de la Universidad de Guadalajara en Ciudad Guzmán, en la que se dieron cita los Productores Sustentables de la Costa-Sur de Jalisco, los Artesanos de Ciudad Guzmán, el Colectivo Artesanal Manos Activas, los Dulces Regionales del Fresnito, La Pulquería A la Sombra del Camichín, El Palacio de la Repostería, el proyecto de mermelada de jamaica endulzada con miel de agave por estudiantes de nutrición de CUSur, así como el grupo Casa Almoloyan, que produce licor de agave, de lima y licor de pechuga de pollo, por su proceso de elaboración a partir del agave mezcalero de Tonaya, de donde provienen.

Durante el festival se llevó a cabo un foro de discusión en el que participaron tanto productores como artesanos, espacio en el que compartieron la labor que vienen haciendo y los problemas a los que se enfrentan, como la incertidumbre que implica producir y competir con un mercado que cada vez permea en los pueblos afectando una organización. Este foro fue coordinado por la Dra. Claudia Magaña de la sede universitaria de Ciudad Guzmán.
Para el pulquero su principal problema es andar en busca de maguey cuando son productores sin tierra, errantes; para el mezcalero es una ofensa tener que llamar a su mezcal “licor de agave” por una denominación de origen que armó trincheras entre los maestros mezcaleros que siempre se han dedicado a trabajar el mezcal y que los excluyó de ese derecho que les pertenece por su trabajo y por cuidar siempre su legado histórico sobre cómo cada territorio produce su mezcal, con su agave, con sus herramientas y sus procesos.

Se habló también de cómo es que un agricultor un buen día decidió aprovechar el mojote que crecía en su tierra para transformarlo, hacer “café” y difundir sus propiedades bondadosas para la alimentación; otro de los aspectos fue cómo es que un grupo de campesinos se unieron y a través del trabajo que se realiza en el Centro Universitario de la Costa Sur, con Pedro Figueroa en Autlán, donde todos los viernes venden sus productos en un tianguis que además da pie para un seminario en el que cada vez participan más productores, estudiantes e investigadores.

También se llevó a cabo una charla organizada por Nadia Xochiquetzalli González Briseño, estudiante de la maestría en Ciencia del Comportamiento, con orientación en Alimentación y Nutrición del CICAN, denominada “Ocho maíces por la seguridad alimentaria, no al maíz transgénico”. En su charla compartió los problemas a los que se enfrenta la semilla por las recientes amenazas del Estado para darle cabida al proyecto de maíz transgénico que ha buscado implementar la trasnacional Monsanto en México.

Nadia platicó sobre las 52 variedades de maíz con las que cuenta México, compartió con los asistentes cómo el teosinte o teosintle es considerado la semilla de la cual se cree que evolucionó el maíz como se conoce en la actualidad, al encontrarse un hallazgo en la Sierra de Manantlán que fortalece esa hipótesis. Al ser semillas que han cohabitado con el hombre, refería Nadia, resulta difícil que el mismo hombre la fuera exterminando, no respetando que la historia del maíz va ligada a la historia y creencias del hombre.
En la charla, estudiantes y productores participaron compartiendo las semillas nativas que conocían y que poco a poco se han olvidado, tal es el caso del amaranto, el huazontle, el xochohuixtle y el mezquite, entre otras más.

Posteriormente, los estudiantes de segundo semestre de Desarrollo Turístico Sustentable, del CUSur y organizadores también del festival, presentaron su propuesta de investigación denominada “Ruta Agroalimentaria del maguey y el pulque en el Sur de Jalisco”. Una propuesta que han estado trabajando durante aproximadamente un año, con la finalidad no de comercializar los saberes pulqueros sino de compartirlos en la publicación de un libro de viaje, que llevará al lector a conocer y valorar los saberes de familias de pulqueros que en todo el Sur de Jalisco cuidan y viven del maguey y del pulque, así como de sus derivados.

Finalmente, el grupo No Son de Guadalajara, puso el ambiente al festival, incitando a que los asistentes se levantaran a zapatear con el Siquisiri y otros sones que animaron a los productores y asistentes.

Cabe mencionar que este festival fue organizado de forma sustentable, al recibir el apoyo de los productores y estudiantes universitarios, así como de la División de Ciencias, Artes y Humanidades para su realización. Dicha actividad como parte del cierre del taller “la Cultural del Maguey y el Pulque en el Sur de Jalisco”, que desde hace dos semestre es una alternativa de formación integral para los estudiantes y público en general en Casa del Arte.

Durante el festival se repartió pozole criollo, pulque y en varias ocasiones se socializó con el tradicional juego de lotería, donde los productores donaron productos para que los asistentes participaran y los recibieran como premio.


En el cierre del festival se externó el compromiso de que el próximo semestre se involucrara a más productores y se desarrollaran talleres en los que los asistentes pudieran compartir con los productores y campesinos sobre los saberes de semillas, bebidas y productos que se han estado perdiendo en esta época de fuerte penetración del capitalismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario