lunes, 19 de mayo de 2014

Sedimentos de Gilberto Moreno

Ricardo Sigala


Sedimentos de Gilberto Moreno es el libro ganador del primer Concurso Municipal de Cuento 2013 de Zapotlán el Grande, en la categoría Alfredo Velasco Cisneros.  Este libro se fue gestando durante mucho tiempo, su contenido puede verse como una materia suspensa que a fuerza de reflexión y trabajo, especialmente mucho trabajo,  se fue posando gradualmente en forma de textos breves, que por breves no desmerecen en absoluto de su gravedad, por el contrario los cuentos de tienden a proponer asuntos serios que con frecuencia se equilibran con humor, un humor nada fácil, y con técnicas narrativas diversas.



Sedimentos es el primer libro de Gilberto Moreno, como ye se mencionó es el  ganador del Concurso de Cuento 2013, sin embargo el autor ya había tenido otros reconocimientos, menciones honoríficas en por lo menos tres certámenes distintos, tengo presente “El unicornio chino” en el concurso La Jirafa y “Curta, precisa y portátil” así como “El relojero y el imperio” en concursos realizados  en universidades tecnológicas. El autor ha dedicado mucho tiempo, más de una década, a conformar un estilo que le ayude a comunicar sus impresiones del mundo desde la óptica de la literatura, su paso por el taller literario de la Casa de la Cultura dejó constancia de un trabajador persistente en la búsqueda del texto ideal, a la par de un lector agudo que complementa toda vocación escritural.
Los cuentos que constituyen el presente volumen tienen diferente origen: Algunos fueron hechos ex profeso para concursos; otros son producto de tareas en talleres literarios; otros, meros ejercicios de escritura; otros nacieron de una anécdota o experiencia personal, pero todos tienen en común pertenecer a un género que cada vez se cultiva más en el mundo y que tiene grandes exponentes en la literatura mexicana, me refiero al cuento breve y con más precisión a la minificción.

Percibo dos claras líneas, o dos tipos de texto, en la obra narrativa de Moreno, por un lado el texto que se basa en un suceso histórico, para más datos un hecho de la ciencia, un descubrimiento o una aportación científica a la técnica o la tecnología. Es lo que pasa en “Curta, precisa y portátil” y “El relojero y el imperio”. Una calculadora, un cronómetro, guardan sus historias que esperan ser contadas, ya sea el origen teórico que la hizo posible, las circunstancias de sus inventores, la huella de la historia y los grandes sucesos en la vida de los personajes y sus aportaciones. Gilberto hace uso de objetos o actos en apariencia lejanos a la literatura y los convierte en textos literarios. Y para lograrlo recurre al uso de diferentes enfoques narrativos: saltos en el tiempo y en el espacio, anécdotas, todo al abrigo de un lenguaje meticuloso y excesivamente atendido que hace que la lectura fluya de manera natural. Creo entender que el cuento “Jirafas” forma parte de esta categoría pero su punto de partida no es la ciencia sino la obra de Jorge Luis Borges.
Otra faceta de la cuentística de Gilberto Moreno es la minificción o cuento brevísimo o híper breve. Catorce de los diecisiete cuentos del libro caben dentro de esta categoría. Los recursos de los que hace uso el autor son variados: la vuelta de tuerca o giro inesperado, las fábulas de tono ético, los juegos de palabras, el género negro o policiaco, así como la incorporación de diversos usos de modos textuales extraliterarios como la adivinanza, el piropo, el aforismo, las redes sociales (twitter), los anuncios de ocasión, enriqueciéndolos o literaturizándolos por medio de la deconstrucción o la parodia.

Los temas que dominan Sedimentos son la dificultad de la comunicación profunda entre las personas, los distintas formas de entender la realización, las inmediaciones del amor  y el sexo (la ironía, el desamor, el escape, el edipismo, la insatisfacción, el humor), y la permanente indagación de la realidad, en particular de las relaciones entre las personas.
           
EN LA TRADICIÓN ZAPOTLENSE

La ciencia como tema literario no es extraño ni ajeno en la tradición del cuento zapotlense. En varios textos, Juan José Arreola recurrió a él con constancia y éxito, pensemos en los casos de “El himen en México”, “Baby HP”,  “En verdad os digo”. Sin embargo el tratamiento que hacen ambos autores es muy distinto. Arreola usa las retóricas del articulo científico o la difusión de la ciencia enriqueciéndolas con el discurso literario para hacer parodias. Gilberto, por el contrario, hace uso de los recursos narrativos literarios, de manera que la ciencia hace su contribución en el ámbito del tema y su historia.

El texto breve también tiene una buena tradición en la literatura zapotlense, recordemos los pequeños textos que conforman Zapotlán lugar de Zapotes de Guillermo Jiménez, y otras miniaturas que se encuentran dispersas en su obra narrativa. Por otra parte pensemos en Arreola, sabemos que es un maestro de la brevedad y de la miniaturización, ejemplos inmejorables son Variaciones sintácticas y Bestiario. Así pues podemos afirmar que Sedimentos guarda un vínculo quizás modesto, pero una relación al fin, que lo ancla con una parte de la tradición cuentística zapotlense.

La escritura de Gilberto Moreno deja ver  a un escritor minucioso, detallista, meticuloso. El autor, en su maniaca virtud de relojero antiguo y de años de búsqueda, ha logrado una estética basada en mecanismos mentales estrictos, quizás heredados de su formación profesional,  no escribe por escribir, siempre debe haber una idea previa, un concepto, una lógica (o su contrario) del pensamiento, pero ha aprendido a subordinar esos rasgos de su carácter a las necesidades mínimas de la literatura: una escritura limpia que guarda un ritmo y una música personales y una búsqueda en el decir, lo que se traduce en un manejo discreto y equilibrado de las técnicas narrativas.




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