martes, 9 de diciembre de 2014

Juan Goytisolo el heterodoxo, el nuevo Premio Cervantes

Ricardo Sigala




Juan Goytisolo es una de esas inteligencias necesarias para la humanidad. Su pensamiento y ejercicio literario va mas allá de la del simple espectador que recrea el mundo. Goytisolo nos muestra en sus libros las cosas que ya sabemos pero lo dice de tal manera que terminamos por pensar que en realidad no las sabíamos. 



Además también nos revela perspectivas que no imaginamos o que no quisimos ver. Para la primera aseveración están sus novelas, pensemos en el recuerdo entrañable y perturbador que deja la lectura de Duelo en el paraíso (1955 ), esa historia de niños tan inocentes como perversos, metáfora de la vida adulta; para demostrar la segunda aseveración tenemos sus ensayos en los que los aspectos no canónicos de la cultura española son abordados de manera inesperada: irrumpe contra la hidalguía basada en la pureza de sangre, contra el tan castizo rechazo de las ideas heterodoxas, contra el catolicismo como identidad y lastre de la civilización hispana, contra el eurocentrismo y las definiciones tradicionales de la sexualidad.

A lo largo de más de medio siglo de escritura, de transitar por la cultura hispana e islámica desde la Edad Media hasta nuestros días, de practicar la novela, el ensayo, el libro de viajes, las memorias, la crónica, el testimonio y la crítica  Juan Goytisolo se ha convertido en un escritor imprescindible en nuestra lengua, eso lo han entendido los jurados Premio Cervantes, lo han entendido y además han tenido el valor de otorgárselo a un iconoclasta, un heterodoxo.

Juan Goytisolo ha sido un nómada irredento, desde el inicio de su carrera literaria abandonó su natal Barcelona para establecerse en París, ahí vivirá varias décadas pero en constante contacto con Marraquech, en donde se establecerá definitivamente en 1997 tras la muerte de su esposa. El autoexilio que el escritor se impuso se derivó inicialmente de su desacuerdo con el gobierno de Franco, pero poco a poco sus reflexiones nos muestran un mundo hispano intolerante y más tarde una Europa poco crítica y con serias deudas consigo misma y con el mundo islámico.

Un refugio intelectual para Goytisolo fue y ha sido la literatura de hispanoamericana, desde Sor Juana Inés de la Cruz hasta sus contemporáneos como Carlos Fuentes, Juan Carlos Onetti, Manuel Piug, José Lezama Lezama Lima, Reinaldo Arenas, Severo Sarduy y Guillermo Cabrera Infante entre otros muchos autores que comparten con él las búsquedas formales, la irreverencia y la crítica aguda de la sociedad.

Tres momentos se identifican en la trayectoria literaria de Juan Goytisolo. La primera da comienzo en 1953 con sus primera novelas, Juegos de manos y posteriormente Duelo en el paraíso. Destacan también en esta época varios libros de  viajes, y se le conoce como su etapa de realismo crítico. Hacia 1966 el catalán inicia una nueva etapa de experimentación narrativa con Señas de identidad, la primera parte de una trilogía que se completaría con las novelas Don Juan y Juan sin tierra. La trilogía Álvaro Mendiola, así se le conoce por el nombre del protagonista de las tres obras y que funciona como un alter ego del escritor, se trata de una crítica ácida de la España franquista. Después de los años ochenta en que comienza a visitar con frecuencia Marrakech, Goytisolo se da a la tarea de escribir una serie de novelas caracterizadas por una abierta experimentación verbal y estructural, una deslumbrante mezcla de voces e intercalación de tiempos, en donde conviven los clásicos de la literatura española, los actuales medios de comunicación , la guerra de los Balcanes y la evolución de la izquierda tras la caída del muro de Berlín. Los títulos que destacan en esta etapa son Paisajes después de la batalla, Las virtudes del Pájaro solitario, La saga de los Marx, El sitio de los sitios o Telón de boca.

A mediados de los años ochenta, Juan Goytisolo hizo una importante aportación al memorialismo español, con sus dos volúmenes de memorias Coto vedado (1985) y En los reinos de taifa (1986). Este género que ha sido poco socorrido por los escritores españoles y que cuando lo han practico lo han confundido con la confesión, en Goytisolo se asume como un examen de conciencia, con rigor y en momentos hasta despiadado con su propia historia; así recorremos su infancia, la revisión de su compromiso antifranquismo, su condición de hombre de izquierdas, su autoexilio, además de su gradual reconocimiento de su homosexualidad.   

Juan Goytisolo es un escritor que une orillas: la España borrada y la España visible, el mundo árabe y el mundo occidental, América latina y España, la experiencia erótica en sus diversas manifestaciones. En su ensayo “¿Un mundo sin contemplativos ni poetas?” escribe sobre Lezama Lima algo que puede aplicarse a él mismo: Es sensible “al fulgor de la palabra y el significado de la aventura creadora”. Tiene “el empeño de esos pocos espíritus (…) por rescatar aquellos textos que preservan la herencia luminosa gracias a la cual existimos”.



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