Mar Pérez
El poeta entendió la fugacidad de su musa
y el peligro de las palabras
Pedro Valderrama
Villanueva
Pedro Valderrama
Villanueva (Tijuana, 1973), concibe a la poesía como una conversación entre dos
amigos: "dos cómplices. Entre dos espíritus afines", y por ello, en Musa Blanca (Libros Invisibles, 2014),
nos comparte, a través de dieciséis poemas, construidos en verso libre, su
visión acerca de pasajes que para muchos podrían pasar inadvertidos por su
cotidianeidad; para ello se vale de una prosa nítida y asequible, con la que
consigue imágenes bien logradas: Aquellos
puentes/a esta hora/siempre/se/arrodillan.
Musa Blanca contiene gran
parte las creaciones poéticas que Pedro Valderrama ha escrito a lo largo de dos
décadas. Predomina la evocación, la memoria grata y la nostalgia agridulce de
las playas de Tijuana y Rosarito, donde transcurrió la infancia del autor. El
mar es el escenario que predomina en todo el poemario, y esto se anuncia en los
epígrafes de Jaime Sabines, José Gorostiza y Ramón López Velarde.
Gastón
Bachelard (1932), afirmó que la poesía es una “metafísica instantánea”, un
breve poema debe ofrecer una visión total del universo del autor, su concepción
del mundo, experiencias, sensaciones, etc.; Valderrama, en este diálogo, se
muestra al otro, de manera auténtica, sabe que nadie se oculta a través de la
literatura, sino al contrario, por eso el primer epígrafe es una cita de Sergio
López Mena: La literatura es el único
espacio donde de verdad somos, donde no podemos ocultarnos. Fuera de la
literatura todo es careta, imagen y afeite: los días enmascarados.
De
manera que quien lea las páginas de Musa
Blanca, sabrá de la vulnerabilidad de su autor: Soy un blanco/, por estar frente a ti; la sensación momentánea de
soledad: Las olas/son canciones
tristes/que alegran nuestras vidas solitarias/en las tardes cuando caminamos
cerca del malecón; también está presentes la inconformidad: He buscado un astillero/para que construya
una barca y nos lleve lejos de a q u i; y en “Los pájaros inasibles”, la imposibilidad
de hacer realidad algunos sueños o anhelos.
La
alegría, el amor y la esperanza están representados en una figura, la naranja,
fruta que también simboliza la fertilidad.
Valderrama,
especializado en investigación literaria, con éste, su primer poemario, muestra
otra faceta de su actividad creadora, también dotada de inteligencia, ojo
crítico, y la sensibilidad de un artista y un auténtico lector.
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