viernes, 13 de agosto de 2010

Ecos del pasado en el presente

José de Jesús Juárez Martín



Llegando de Guadalajara por la utopista se descubre el amplio valle de nítida laguna y al sur, la mancha urbana que crece por la llanura y trepa hacia la Montaña Oriente: Es Ciudad Guzmán de la tierra de Zapotlán el Grande.

El centro de Ciudad Guzmán.
                (Foto: Milton Iván Peralta)
A la llegada de los españoles en 1522 existían tres asentamientos indígenas, su vida campesina discurría con sus costumbres y pensamientos de la realidad donde los “dioses” disponían la felicidad o las dificultades de los pobladores; a la fundación novohispana el 15 de agosto de 1533 surgió el primer nombre español: Pueblo de Santa María de la Asunción de Zapotlán.

Fray Juan de Padilla, Hermano Franciscano en su misión evangelizadora, privilegió la fundación para que fuera grande; así empezó la historia de un pueblo singular, valiente ante sismos y erupciones de un volcán vecino, que no deja de dar muestras de su actividad ígnea, milenaria.

No puedo explicar el desarrollo de la población sin focalizar la llegada de “dos peregrinos” que quedaron por días en la posada de Cofradía. El arriero que transportaba valiosa carga a lomo de burro, desapareció, su ausencia motivó la apertura del contenido de las cajas ¡Sorpresa! Y grande, dos magníficas esculturas de San José y Santa María. Los peregrinos de las posadas llegaron a Zapotlán en 1747 poco antes que le nombraran grande. Fueron trasladadas por Fray Antonio Caro que interpretó los sucesos como voluntad divina para que quedaran las imágenes en Zapotlán. Desde entonces se proclamó a Señor San José protector de la población y así lo reconoce la fe del pueblo.

La Independencia en 1810 iniciada por don Miguel Hidalgo, encontró un auténtico insurgente de esta localidad, don José María González de Hermosillo fue comisionado por el Padre de la Patria para llevar la lucha al Norte del país.

En 1856 los problemas sociopolíticos le cambiaron el nombre de Zapotlán por Ciudad Guzmán, dos años después el pueblo vivió impávido el paso de don Benito Juárez, el Benemérito, y escuchó el agudo rodar de su carruaje hacia Manzanillo.


La época porfirista dejó huellas en las edificaciones, las haciendas, en las ciudades y el campo; grandeza, lujo y derroche para los privilegiados y un pueblo ansiando disfrutar la vida con dignidad. La población creció y en el siglo XX sumaban los 30,000 habitantes que contaba EL Mtro. Juan José Arreola Zúñiga.
De 1960 a 1982 el clamor hecho petición de los amantes del pueblo era: Zapotlán de Orozco


El sueño de tener Prelado y Digno Obispo se hace realidad en 1972 con la creación de la Diócesis de Ciudad Guzmán: Don Leonardo Viera Contreras paternal gobernó, luego Don Serafín Vásquez Elizalde con su Cayado condujo la grey católica de la región Sur de Jalisco, se fortalecía Ciudad Guzmán.


Por instancias populares regresa el nombre a esta tierra, retorna intacto, Zapotlán el Grande es el municipio por acuerdo oficial en 1997, y la cabecera municipal queda espléndida como Ciudad Guzmán.


Doy testimonio que lo más grande de Zapotlán es su gente noble, hospitalaria, que espera compartir los recursos naturales, culturales, la gastronomía y los dulces sabrosísimos cuando aceptes visitar a Ciudad Guzmán con tu familia o amistades.

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