lunes, 14 de marzo de 2011

Bruno: los ojos de la segunda guerra mundial

Blanca Carolina Benítez Bobadilla*
John Boyne nació en Dublín, Irlanda en 1971. Escritor por convicción, inició su carrera desde muy temprana edad. Ha recibido entre otros premios, el Curtis Brown, el IMPAC, el Irish Novel of The year y el Qué Leer, a la mejor novela extranjera. Algunas de sus obras conocidas son: La apuesta (2010), La causa del propósito especial (2009), Motín en la Bounty (2008) y El niño con el pijama de rayas (2007).

Este último le trajo un inusitado éxito editorial, El niño con el pijama de rayas, logró dar el salto al mercado internacional, siendo traducido a más de 40 idiomas y con más de 5 millones de ejemplares vendidos en el mundo y pasada a la pantalla grande.
La novela en cuestión es muy interesante. Narra los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) l, a través de los ojos del pequeño Bruno de 9 años de edad.
Cuando comencé a leerla, y a pesar de que la reseña no dijera mucho, inmediatamente me di cuenta de que me gustaría mucho no solo por la gracia e inocencia de Bruno, sino también porque es una novela que trata sobre la cruel realidad de lo que fue ese periodo bélico, un acontecimiento de la historia muy desagradable que en todos sus temas, libros, novelas, película, etc., reflejan sólo la muerte de millones de personas.
Cuando Bruno llega al campo de concentración de Auschwvitz, no imaginé que fuera a entablar una gran amistad con un niño tan distinto a él, (distinto principalmente porque éste era judío, vivía del otro lado de la alambrada, entre otras cosas) pero esto nos demuestra que la inocencia de un niño y la amistad misma, no tienen barreras.
Es bueno saber que al menos Shmuel (el amigo judío de Bruno)  pudo tener todo un año de felices momentos y bueno compañía, en una situación tan desagradable y en un lugar tan horrible. Y lo mismo para Bruno, que aunque su posición económica y demás, era muy estable, estaba muy solito. Así que también la compañía, cariño y amistad de Shmuel, le caían de maravilla. A fin de cuentas, estaban en el mismo sitio desagradable.
 Aunque no todo fue felicidad, puesto que la muerte del buen Pavel (el cocinero), el papá de Shmuel, entre muchas otras personas, me causó tristeza, porque sé que no fueron las únicas, ya que 6 millones de judíos, además de testigos de Jehová, homosexuales, gitanos, etc., de todas las edades y sexos, murieron de maneras tan crueles.
¿Por qué Bruno tuvo que pasar al otro lado de la alambrada? ¿Quizá para ayudar a Shmuel a buscar a su padre que jamás encontraría porque ya estaba muerto?, ¿o tal vez, para pasar su último día en Bruno: Los ojos de la Segunda Guerra Mundial?
Eso no lo sé, pero lo cierto es que jamás se volvió a saber nada de Bruno, ni tampoco de Shmuel, ambos niños murieron en una cámara de gases, sin que nadie pudiera ayudarlos ni mucho menos evitarlo.
Pero a pesar de la adversidad, la gran amistad siguió hasta el fin, tan pura e inocente como empezó: Bruno y Shmuel, murieron tomados de sus manos, sin miedo y prometiéndose uno al  otro; ser amigos por siempre.         

*Alumna del primer semestre de Educación Especial del CREN.
Bibliografía:
Titulo: El niño con el pijama de rayas.
Autor: John Boyne
Editorial: SALAMANDRA
Páginas: 219
Año de edición: 2007.

Sobre el autor:
http://www.lecturalia.com/autor/1569/john-boyne

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