Alejandro Federico Medrano Pérez
Como algunos de nosotros sabemos,
el día 30 de septiembre de 2011, entró en vigor una nueva ley antimigrantes en
los Estados Unidos de América, esta penosa aprobación fue denominad HB – 56. El
día viernes pasado, principalmente en el estado de Alabama, los migrantes que
habitan ahí comenzaron a vivir un nuevo éxodo, otro más que suma a su
permanente vida de miedo e incertidumbre ante las criminalizaciones que hace el
gobierno dada su situación legal.
Uno de los puntos más polémicos y
penosos de esta mencionada ley, fue el hecho que permite a las autoridades de
este estado sureño a detener a cualquier persona que a ellos les parezca pueda
tener aspecto de indocumentado, este hecho resulta muy similar al fallo emitido
hace varios meses en Arizona por la llamada ley SB 1070. Sin embargo, lo que personalmente considero
más lamentable está en haber otorgado a las escuelas públicas de Alabama el
poder de investigar la situación migratoria de los estudiantes.
Resulta inverosímil, como algunos
argumentan que esta cláusula tenga el propósito de identificar a aquellos
estudiantes que “puedan requerir
asistencia en español o inglés”. Creo que todos nosotros sospechamos que al
preguntarle a una persona sobre su situación legal en el vecino país del norte,
se debe tratar nada más que para hostigarlos y de esa manera deportarlos a sus
ciudades de origen. Otro punto a resaltar de esta ley racista contra migrantes
es el hecho que propone sanciones a aquellos lugares que brinden alojamiento a
estudiantes indocumentados, por ejemplo, residencias de escuelas, casas de
asistencia, departamentos, etcétera. Lo que seguramente obligará a los dueños
de estas construcciones a pedirles a sus inquilinos que demuestren su situación
migratoria.
Por las razones anteriormente
descritas, no es de extrañar que el pasado viernes 30 de septiembre varias
escuelas del estado de Alabama hayan reportado altos índices de ausentismo en
sus aulas, peor aún muchas de ellas, reportaron la repentina salida permanente
de muchos de sus alumnos, que por obvias razones dejaron de estudiar en este
estado para migrar a otros estados donde no sean tomados como criminales.
Esto nos debe llevar a la
siguiente reflexión, ¿en verdad existen los derechos humanos universales?,
¿somos en realidad considerados como ciudadanos universales?, aquí es cuando
toda esa cantidad de discursos sobre derechos humanos, ciudadanía, etcétera, pasan a ser una película de ciencia ficción,
que solo habita en la imaginación de los gobernantes más poderosos del país más
poderoso del mundo. Está claro como los migrantes son utilizados en E.U.A, como
simple mercancía. En primer lugar, los migrantes participan de manera muy
importante en el motor económico del país del norte, gracias a ellos, sus
empresas se mantienen operando, sus campos se mantienen verdes y sus productos
frescos, nuestros paisanos son los responsables en gran medida que el llamado país más poderoso se mantenga siendo la
potencia que es hoy en día.
Por otra parte, nuestros hermanos
paisanos, solamente son ilusionados en las campañas políticas, con discursos
que prometen negociaciones para lograr una reforma migratoria adecuada y
regularizar a los millones de trabajadores que se encuentran en esta situación.
Si bien es cierto que la gran mayoría de ellos por ser indocumentados no pueden
hacer válido su derecho al voto, también es muy cierto que su influencia es muy
fuerte en este país, por lo que a los políticos grandes no les convendría nunca
estar en su contra, aunque esto dure únicamente en campañas políticas, porque
como se ha visto, una vez en el poder, se olvidan de sus promesas sobre este
tema.
Para mí resulta incomprensible,
como el ser humano puede llegar a ser tan hostil y xenofóbico o racista, para
muestra podemos citar a los llamados minuteman,
este es un grupo creado por Jim Gilchrist, conformado por jubilados y veteranos
estadounidenses principalmente que viven cerca de la frontera con México, cuyo
única actividad es la de vigilar en todo momento que no ingresen indocumentados
a su territorio, teniendo en sus manos armas que pueden ser detonadas contra
ellos para evitar a toda costa su ingreso ilegal, aun cuando se les lleve a la
muerte. En su página web, ellos se definen como “Una operación de vigilancia ciudadana, que monitorean la inmigración,
los negocios y el gobierno…”
(www.minutemanproject.com, 2011), se trata de
una definición elegante para un acto tan detestable como lo es el tratar a las
personas como criminales cuando ellos solo buscan tener un mejor nivel de vida
que desgraciadamente en su país no pueden obtener.
Si bien los Estados Unidos tienen
la total responsabilidad de estos actos y podríamos pasar horas y horas
culpando al país vecino sobre su manera de proceder contra nuestros paisanos,
también es cierto que nuestro gobierno mexicano debería analizar la manera en
cómo se está actuando aquí para que la gente busque salir del país. Es un hecho
que E.U.A jamás podrá terminar con la migración de latinoamericanos a su
territorio, y por esto mismo es que vale la pena que en México se destine gran
parte del tiempo y presupuesto en buscar generar un adecuado desarrollo humano
de tal manera que los ciudadanos decidan permanecer en sus comunidades y
estados de origen, evitando de esa manera que arriesgan sus vidas como miles de
personas lo hacen cada día, cada noche del año.
Por lo pronto, no queda más que
reflexionar nosotros mismos sobre el papel que jugamos en este problema social,
si podemos hacer algo debemos ponerlo en práctica, educando a los jóvenes,
emprendiendo negocios que generen empleo, etcétera. De esta manera creo que
evitaríamos regalarle al país vecino lo más importante de nuestra identidad – Nuestra Gente -.
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