lunes, 19 de diciembre de 2011

Un divertido caso de mitomanía


 Fernando M. Araiza

A Aarón Estrada, Victoria Flores y mis compañeros de casa.


En la vida existen personajes con los que día a día convivimos, es interesante ver cómo nos asombramos con los papeles que interpretan los actores en las novelas y nos olvidamos de los que tenemos a nuestro alrededor, tal es el caso de un sujeto cuyo nombre desconozco, pero según mi padre era mejor conocido como “El Prieto”.



            Este individuo se hizo acreedor de la fama de mentiroso, debido a las siguientes anécdotas.
            Cuenta la leyenda que él era chofer de un camión de carga, lo que es conocido por la mayoría de las personas como “un Torton”, dicho personaje le narró lo siguiente a mi progenitor:

            -David, fíjate que un día estaba en la “Central de Abastos” en Guadalajara, ya tenía el carro lleno de mercancía, tenía que regresarme a Armería de ya, enciendo el camión y me doy cuenta que la caja de velocidades no funcionaba, le movía para adelante, para a un lado, para otro, no avanzaba hacia el frente, puro hacia atrás, y dije, no me puedo quedar, tengo que irme, entonces tomé la única opción que me quedaba, me fui manejando de reversa.

            Mi papá para seguirle el juego, le dijo: Vale que difícil ha de haber sido manejar de reversa de Guadalajara hasta Armería, son muchos kilómetros, para pronto “El Prieto” responde: déjate de eso David, lo complicado para rebasar, detalle que causó la risa de los que estaban a su alrededor y él ni se inmutó.
            Otra mentira que contó éste personaje, o, al menos así lo considera mi padre es la siguiente: David, un día estaba sin trabajo, no tenía dinero y deseaba comerme un pescado, le rogaba a Dios que me concediera el milagro, abro la llave del agua y se escucha un ruido medio extraño, para pronto,  sale una tilapia, dije gracias Diosito, ya la hice, para pronto agarro un sartén, le pongo sal y la cocino, inmediatamente la risa de los que estaban escuchándolo se hizo presente y él asegura que era cierto lo que había narrado.

            El termino mentira, se refiere a deformar la verdad de una forma de deliberada, es decir engañar a las personas de una manera meditada o a propósito.

            El caso anterior aunque es divertido, nos lleva a pensar las razones por las que algunas personas tienden a la mitomanía es decir a la mentira, quien diga en estos momentos “yo nunca he mentido”, que tire la primera piedra, negarlo es un rasgo del mitómano, todos lo hemos hecho, aunque sea con las “mentiras piadosas” y no significa que esté bien o mal, simplemente es algo que hacemos.

            Mis hipótesis por las que mentimos las personas son:

1.      Llenar el vacío que sentimos, mediante la mentira atraemos la atención de los seres que están a nuestro alrededor y seguro sentimos no nos voltean a ver.

2.      Dar la imagen de no ser tontos o faltos de inteligencia, por consiguiente, somos capaces de ingeniárnosla para salir fácil de un problema que no provocamos o somos culpables (como el caso que narré).
3.      Dar la pantalla de ser héroes, aunque en el fondo somos inferiores a la mayoría.
4.      Engañar, divertirse o hacer enojar a la gente (Ejemplo; Juan Rulfo).
5.      Guardar un secreto por no dañar a una persona.

Estas sólo son algunas razones por las que mentimos y el caso descrito es uno de los tantos que día a día vemos en nuestra vida cotidiana e ignoramos o no damos tanta importancia.
      

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