lunes, 24 de septiembre de 2012

Macías: espacio y tiempo


Fernando G. Castolo

Marcos Macías ha creado un excelente vino. Tranquilamente lo dejó madurar y ahora su tono, su aroma y su cuerpo lo convierten en un elixir muy codiciado…

Ignoro desde cuando Macías se interesa por la literatura, por su lectura y su escritura, pero no cabe duda que en su obra hay calidad y calidez. Claro, ustedes podrán argumentar, con obvias razones: ¿su humilde servidor qué sabe de literatura para llegar a esa conclusión? Les aseguró que no sé más de lo que la mayoría podría saber: que la literatura, por ser arte, sencillamente gusta o disgusta, así, sin aspavientos retóricos que los estudiosos imponen a toda aquella creación que fue concebida y que responde al estado animoso del individuo en su espacio y en su tiempo.
 

Tonalna, ese pueblo imaginario, escenario de las acciones y los personajes que se involucran dentro de cada una de los relatos de que se compone el volumen, puede ser cualquiera o ninguno, porque ello depende en gran medida del reconocimiento que cada lector pueda alentar en sus recuerdos. Yo, por ejemplo, que me crié en un “pueblote”, veo situaciones que fácilmente identifico puesto que me son familiares.

Sin embargo, ahí radica la universalidad a la que esta obra está convocada e invitada para posicionarse. Las historias que uno puede leer, tienen algo en común, pero a la vez, se pueden abordar de manera aislada e igual se comprenderá la trama; se puede iniciar la lectura en el segundo, cuarto, sexto o último de los cuentos, y aún así Tonalna no pierde su esencia; se puede decir que Tonalna son las partes que conforman un todo y el todo que es conformado por las partes, y es capaz de sobrevivir aún sin una de ellas o con una sola de ellas. Esa es, creo, la magia y la novedad que nos obsequia Marcos en esta su ópera prima y que, con orgullo, presumimos que es una edición del Archivo Histórico Municipal.

Los aromas que suelta este libro desde que uno lo empieza a degustar son muy pueblerinos, pero hay de aquel que ose en comparar Tonalna con una literatura rulfiana, arreoliana o jimeniana (por decir lecturas que identificamos plenamente y que tenemos al alcance); aún así sería válido que Marcos pudiera tener una cierta influencia de estos autores, pero es de justicia decir que él es un renovador, es un constructor de su propio estilo, de una literatura muy “maciaciana” (perdón por esta ligereza), por decirlo de alguna manera.

Insistimos en señalar que algo hay de mágico en este valle; no es posible admitir tantas coincidencias… Zapotlán es uno de los mejores lugares del hemisferio que invita a la creación, desde las diversas áreas del hacer y del quehacer; siendo los no nativos los que más muestras dan del potencial de esta generosa característica. Por ello, soy cierto en señalar que la ciudad se significa por las nobles tareas del ámbito creacional, por algo es la “cuna de grandes artistas”.

Sobre el contenido de este libro eso es algo que no deseo compartirles, ello le corresponde por lógica al autor, solamente les puedo decir que Tonalna despertó en mí sensaciones que son muy íntimas y que ahora son parte de ese misterio llamado identidad. Mi identidad. Por ello la invitación plena a que lean este libro, puesto que solamente así podrán experimentar la novedad literaria de Marcos Macías, y por su parte él podrá reconocer en la crítica el crecimiento que ha experimentado en esta su faceta de escritor, dado que, hay que decirlo, Macías es un personaje multidisciplinario exitoso en todo lo que hace.

Que cuánto tardó este libro, como el buen vino, en añejarse, no lo sé, pero Marcos sabía que éste era su tiempo y su espacio para compartirnos su riqueza creativa y obsequiarnos esta joya, que ha sido enarbolada en su portada con una imagen fotográfica de Carlos Benavides y las evocadoras palabras de su progenitor don Marcos Alejandro Macías Torres.

Agradezco la confianza de Marcos por entregamos su trabajo para su publicación; reconocemos las carencias que aún tenemos como editores, pero confiamos en que de alguna manera, muy humilde por cierto, estamos alentando las propuestas históricas y literarias de los creadores locales; finalmente, lo único que importa en este espacio y en este tiempo, es que nuestro escritor se merece un fuerte y sincero aplauso en reconocimiento a esa entrega seria y total a las letras. Enhorabuena y gracias.



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