viernes, 30 de noviembre de 2012

El caballero de la comunicación

Eduardo Etchart

El domingo 25 al mediodía, en el pasillo de los auditorios de la planta alta en expo Guadalajara, saludé  a Vicente Quirarte y después de haber cruzado las frases correspondientes protocolarias del encuentro anual le comenté que esperaba entrar al salón Juan Rulfo para escuchar  a Federico Reyes Heroles, el caballero de la comunicación, del periodismo, del análisis político, hombre de gran preparación intelectual y moral. A veces es difícil encontrar a alguien que además de lo dicho sea sencillo en el trato, afable, nunca engreído, nunca poseído de soberbia.
 
A los cinco minutos venían los dos personajes antes mencionados que con su educación dieron a los presentes el saludo. Se despidió   Quirarte y pasamos al evento. Antes de sentarse  con prudencia y la educación que le abunda, le comentó a la edecán que retirara el letrero en la mesa de Alfonso Reyes, -obvio, muerto hace más de cincuenta años-, casi nadie se dio cuenta del craso error de los organizadores, ya que a  eso venía Reyes Heroles a hablar sobre una reedición de parte de la extensa obra de Alfonso Reyes lograda antes de la primera mitad del siglo XX, específicamente un título Grecia y otro trabajo Periodismo.
 Empezó   a disertar con su característica mesura, sin precipitación, con las ideas bien establecidas. Había que llevar a los presentes a la realidad, señaló que había sido sugerencia y decisión de Carlos Fuentes para que se reeditara parte de su obra. Aportó que la experiencia de Reyes en el periodismo fue en Madrid, para ayudarse económicamente dada su limitación; recordó la muerte de su padre Bernardo Reyes en el inicio de la Decena Trágica, hecho inesperado que afectó para siempre a Alfonso.
Señaló también que Reyes trabajó en su labor al lado de otro intelectual inolvidable Martín Luis Guzmán, iba narrando como si estuviera viendo a los dos jóvenes periodistas en su labor cotidiana para lograr su columna, que por cierto era sobre el cine. Enfatizó que en ese momento el mundo del celuloide   era mudo lo que hacía todavía más difícil el análisis. Aprovechó –con una aparente digresión- señalar que los cambios que ha habido de cine mudo, a cine sonoro y de ahí a la radio causaron fuerte impacto en la época y Reyes no pudo quedar fuera de ese impacto.
También marcó que Reyes era analítico, polémico, conocedor de la psicología del hombre, de la sociedad. Creo que debió haber sido buen conocedor de la filosofía de Ortega y Gasset. En fin, Reyes Heroles volvió a ser el comunicador nato, el buen charlador, el prosista que sabe hablar, el periodista que va hacia la nota y la atrapa disfrutándola, el que se avala con cultura y que quienes lo oímos, comprobamos que es un caballero fuera  del desajuste social y que nos invita a escucharlo, entenderlo, analizarlo y   porque no decirlo, a seguir su ejemplo. Eso es periodismo de altura.

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