lunes, 30 de junio de 2014

Vicente Huidobro o “al fondo se ve el mar”

Edgar Chávez
El poeta chileno portaba el traje galante del demiurgo. Su aspecto, si es tomado a primera vista y sin rebuscos, parece resaltar de la naturaleza de Dios, que le rodea; su creacionismo le viste como una manifestación de rebeldía. No quiere imitar la obra divina sino, más bien, a sí mismo. Su rostro luce una nariz aguileña y está coronado por un peinado inmutable. Sus manos de escritor impasible son las mismas de un pájaro errante.


Huidobro fue un hombre inquieto, rebelde política y literariamente. Un hombre que no le importa el desgaste que el tiempo ejerce sobre él, con tal de conseguir lo que quiere; ha esperado el amor por mucho tiempo hasta verlo madurar, sin importar que éste habite en Ximena Amunátegui, su concuñada.
Es imprescindible mencionar que él inició el Creacionismo, primer movimiento literario de vanguardia en Latinoamérica, que se expandiría hasta el Viejo Mundo ganándose poetas que siguieron esta forma de escribir. En política, aunque fracasó, logró ser candidato a la presidencia de su país en 1925.
Su vigor creacionista le siguió hasta su lecho de muerte en una colina que da frente al mar, de acuerdo a sus últimas peticiones, sellando en su lápida el fin de su tránsito en la vida con: “Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar”.



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