Ricardo Sigala
Funerales
de Fresno es un libro atípico, se trata de un
volumen de poemas, pero es algo más. Las cuatro partes que lo constituyen
conforman una suma de atajos en busca de abordar, en una indagatoria constante
en torno de al tema de la muerte. Mauricio Ramírez ha construido un libro que
es producto de la reflexión constante y del habitar prolongado en la
literatura. Ramírez nos lo confiesa en su “Preliminar”, dejó reposar sus textos
durante año, décadas, y dejó también decantar el sentimiento de la pérdida, del
duelo, y lo llevó a tema literario.
El
título: Funerales de Fresno, nos
ancla temática y espacialmente. El libro hace una travesía más que por una
serie de muertes, por un tipo de testimonios o testamentos, que no son otra
cosa que epitafios, pero no epitafios a la amanera de los cementerios, sino muy
hermanados con la Antología de Spoon
River de Edgar Lee Master. Una expresión poética que condensa una vida
justo después de la muerte. No sólo sabemos de qué ha muerto el personaje sino
la ruta en que anduvo, en qué aprovechó o desperdició su vida. Por otra parte fresno es el espacio, el
ónfalos en torno al que giran las historias. Un tema de aparente solemnidad metafísica,
se materializa al ubicarse en la Colonia del Fresno de Guadalajara.
Funerales
de Fresno es un libro camaleónico, recibe al lector con un texto inicial,
“liminar” dice, en el que presenta de una serie de eventos circunstanciales que
en un libro convencional simplemente no introduciría al corpus de los poemas.
En realidad estamos entrando en un juego literario que además de cumplir con la
función poética establecida, nos enfrenta con un texto narrativo, que aunque se
presenta como una anécdota real, al final la confusión del autor respecto de
los eventos acaecidos, nos levan al mundo de la ficción, pero no sólo como
ficción gratuita, sino para presentarnos, evidenciarnos que la lógica de la
realidad, al enfrentarse con la muerte se ve ciertamente perturbada cuando ésta
nos afecta íntimamente. La suma de casualidades y coincidencias, de modos
textuales (el anecdotario, el texto introductorio o prólogo, los poemas
-incluidos los caligramas- y el relato fantástico) y la cierre del documento
con el evidente extrañamiento tanto del autor como del lector son quizás
la frontera entre la realidad y el libro
que Ramírez nos ofrece.
En
la tradición de Dante, Mauricio Ramírez se hace acompañar en el inicio de su
travesía por un poeta, en este caso Miguel Reynoso, como presencia y víctima
del duelo. Pero mientras el florentino es movido, al menos en el nivel
anecdótico por la mujer en vida inaccesible, en este caso la pérdida es la del
padre de Mauricio y del padre o la madre en el caso de Reynoso. El peregrinar en este microcosmos funerario
es el de la búsqueda del origen como Ulises que en la Odisea viaja al submundo para consultar a sus mayores (no es de
extrañar que el primer epígrafe del libro sea de tomado de Homero), o como el
huérfano del sur que baja (o sube según se va
os e viene) a Comala a buscar a su padre.
El
periplo hacia el territorio de la muerte no es para Ramírez un descenso,
adolece del vértigo de la caída en el infierno, el submundo y sus muchas metáforas, si las poéticas del siglo XX fueron abundantes en el eje vertical, recordemos
a Huidobro, a Juarroz y en la narrativa viaje vertical de Vila-Matas, la
poética de Ramírez es terrenal. Quizás el 4, número de capítulos del libro,
contribuya a dar esa sensación terrena, una muerte no metafísica, sino de
incumbencia vital, no es extraño que los “Epitafios” destaquen más que el
destino de estos muertos su condición en vida.
Su mitología la constituyó la Colonia del Fresno , sus vecinos,
familiares y especialmente su generación.
El
apartado “Funerales de Fresno” también tiene su propio prólogo, dos pequeñas
prosas poéticas que ostentan la identidad de la totalidad del volumen “Tenemos
muertes atoradas. Propias o ajenas, inventadas o ficticias, habitan el alma.”
Es en esta disyuntiva en que se funda el volumen,. “Propias o ajenas,
inventadas o ficticias” las muertes pueden ser nuestras o no, pero siempre son
producto de nuestra subjetividad, no son reales, quizás en esto resida su
insoportabilidad. Lo real, lo concreto, lo palpable pasa a ser etéreo, de ahí
que la literatura constituya un
territorio ideal para su experiencia poética y vital.
Funerales
de Fresno de Mauricio Ramírez fue editado por editorial La
ZonaÁmbula
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