CARTA ABIERTA A FELIPE CALDERÓN HINOJOSA

Ciudad Guzmán, Julio 14 de 2011.

Lo saludo con el respeto de la investidura que le dio el momento de la Historia en que fue impuesto como Presidente de la República. Conocedor de la Historia de mi país, el que esté usted en el Ejecutivo no es preocupante, lo que me altera es que usted ya habla por hablar, no se da cuenta de sus falacias pensadas por sí mismo o por su grupo de asesores (¿?).

La semana antepasada a nivel de noticia dijo usted que en su gobierno se han construido mil hospitales y arreglados muchos cientos. Ha estado como presidente 1680 días aproximadamente, quiere decir que un día estrena el país un hospital y otro no. Caramba eso en toda la Galaxia no es creíble.

Desde aquí en Zapotlán o Ciudad Guzmán donde radico, le comento que no le creo, porque simplemente a mi amigo más valioso no lo pueden atender en la clínica del Seguro Social porque no hay cardiólogo. ¿Ahora, usted me cree? Tengo tres años en la población y he visto morir dos familiares políticos (próstata mal atendida en uno y rotura del fémur en una valiosísima señora) y tres conocidos más por lo mismo, por negligencia, falta de recursos, falta de material, personal incompetente, en fin pretextos. También le puedo incluir como diez casos de diabetes en que los pacientes son mal tratados; hay que ser llevado a Guadalajara, esperar el humor de los ambulantes (quienes tratan al paciente como bulto de papas) y aceptar a fuerza los descuidos de los directivos, que nunca están en su labor, ni pendientes, ni un encargado los sábados y los domingos. Ejemplo, la clínica de Zapoltitic (una enfermera, un pasante de medicina y el vigilante).Este pueblo si tiene el engaño de construcción de un centro de Salud, pero por lo demás imagíneselo.

Ahora veo, vivo y siento la gravedad en la que se encuentra mi amigo de 94 años ante la torpeza del sistema de Salud Pública (IMSS). Estuvo en la clínica una semana, se le envió a Guadalajara por no tener cardiólogo y ahora lo regresan después de otra semana para decirle que arregle sus papeles y después vuelva a ir a Guadalajara el 21 de julio para ver cuando lo operan a corazón abierto para arreglarle una válvula. De que se trata, ahora no sólo usted es el mentiroso, sino el sistema, el país, sus asesores, en fin, dígame en qué manos se encuentra el pueblo.

La gente se va por el engaño, los muertos -que tanto son mencionados-, víctimas de la violencia, (por cierto aquí mataron otro la semana pasada). La cantidad mencionada se achica por los descuidos de salud, -eso sí es grave -, platíqueselo a quien enarbole bandera por ello, se que a los familiares les duele, los casos todos son deplorables, le puedo decir que el México que conocí antes de que usted naciera era extraordinario. Michoacán casi un paraíso antes de 1960. Son miles las víctimas. Pero por enfermedades y descuidos le podemos decir que son cientos de miles. Se les puede preguntar a los familiares de las víctimas del Sistema de Salud, por el desenfado de los que están sirviendo en los diferentes sistemas de mejora pública ante la nula vigilancia de sus directivos.

En lugar de dar datos tan falsos, tan salidos de una mente que no reflexiona, preocúpese por mejorar su sistema de inspección. Que la gente cumpla con su labor. Hay mucho desempleado que tomaría el trabajo con más decoro. Usted debe por su cargo tener médicos de cabecera y obviamente algunos egresados de la Escuela Médico Militar que siempre ha tenido buena fama.

Aquí hay la clínica hospital (¿?) del Seguro, quizá inaugurada hace treinta años; la clínica del ISSSTE que yo solo la uso para la revista por lo de la pensión, porque está peor, eso sí en un edificio de hace cinco años. El hospital regional que más o menos resuelve los casos y es del que menos se queja la gente. Y la demagogia de usted en un edificio para la salud que tendrá el tiempo de su gobierno. A la cual obviamente, acude la gente que no tiene ninguno de los otros servicios. Si esa gente afectada hiciera una manifestación, no cabrían en las calles de ninguna ciudad o pueblo. Sólo usted y sus allegados verían a los manifestantes.

Si aquí veo tantas anomalías, que podré decir del resto del país, estoy viviendo en una de las poblaciones más viejas y de más prestigio de Jalisco, en donde se supone que de las cien mil personas, más del 70 por ciento tienen buen nivel de cultura y escuela, sin embargo sus comentarios pareciera que ni se ven, ni se oyen, ni a nadie parece importarles; será porque no pierden el poco tiempo que invertirían en lo que usted les dice – ¿o tampoco le creerán? -, porque el diario vivir aquí es muy difícil.

Por qué se ha conformado usted en no importarle su presencia histórica, sólo dejando pasar su gobierno de la manera más fútil, si después de casi doscientos gobernantes (emperadores, virreyes, presidentes), casi quinientos años de Historia, usted tuvo una oportunidad única e irrepetible.

Piénselo, no acuda a ningún lugar a hablar por hablar, hágalo en conciencia de la responsabilidad de su cargo. Que los cuatrocientos ochenta días que le faltan para salir del gobierno sean de decoro, de ego, de calidad, de pundonor, del cargo que le tocó vivir. Mucho más le podría decir, pero soy pesimista, se que está carta puede ser más un exabrupto o desahogo que una realidad. No es fácil que una queja de alguien tan insignificante en el país llegue a sus ojos y a sus oídos. Se lo digo, porque no puedo llegar a comunicarme con muchos ex alumnos o con amigos, que a la fecha son personas destacadas en el país como el licenciado Juan Silva Meza, magistrado de la Suprema Corte de Justicia, por las obstrucciones que hacen sus allegados, empleados, en fin eso ya es otro problema y es personal. Pero ahora el motivo que me hace ilusionarme de escribirle desde este sitio decidido para terminar mi vida, es en conciencia de que la Historia de México - para mí - nunca ha sido una burla, ni un juego, ni nada, que no debe dejarse de tomar en serio. Haga lo mismo no se arrepentirá.

Atentamente

Eduardo Etchart Mendoza