jueves, 29 de diciembre de 2011

El brindis del bohemio


Salvador Manzano Anaya


 El brindis del bohemio de Guillermo Aguirre y Fierro (San Luis Potosí 1887 – 1949), es una composición poética dramática que destaca por su alto nivel técnico y capacidad histriónica que exigen al intérprete, nos brinda pasajes intensamente emotivos, dignos de recordar con frecuencia, cuya frescura no se ha extinguido con el paso de los años.


Se volvió famoso en la radio de México y América Latina, en la voz de Manuel Bernal, bautizado y afamado como "El primer declamador de América". Los radioescuchas aprendieron de memoria muchas de las poesías. El brindis del bohemio es un buen ejemplo, y no era inusual escuchar a alguien declamar algunas estrofas que había aprendido en las transmisiones poéticas del maese Bernal.

La atmósfera de EL BRINDIS DEL BOHEMIO es un sitio donde se encuentran reunidos seis bohemios que se disponían a divertirse y recibir el AÑO NUEVO. A propósito de estas fechas deseo contarles una interesante anécdota.

No quiero comprometerme con fechas, pero lo que solo diré que sucedió cuando yo rondaba los 17,18 años, recuerdo que traía un pié enyesado y al condenado que me empujó en el partido de futbol; pero no viene al caso esto, lo que realmente deseo contarles es que estaba en una reunión en un rancho de un tío, había varios familiares, muchas personalidades locales e invitados importantes y además varios muchachos ya con permiso de tomar una que otra copita por parte de nuestros padres (yo no era la excepción), y bueno ya entrada la tarde, entre canticos y la alegría general, por todos estrechado me pidieron declamar EL BRINDIS DEL BOHEMIO, dada mi temporal invalidez, me treparon a una mesa con todo y muletas, pusieron un equipal, me dieron un vino, alcé la copa y…“música…maestro”.

Después de un enorme suspiro que casi me tumba, comencé con mi declamación:

En torno de una mesa de cantina/una noche de invierno/regocijadamente departían/seis alegres bohemios…

Ahí la llevaba, ahí la llevaba, muy bien…cuando de pronto, entra una niebla traicionera a mi cerebro y ¡me borra el pizarrón! olvidé lo que seguía, quedé mudo unos preciados segundos que me parecían eternos, ante la mirada compasiva de las personalidades que se habían acomodado en primera fila…no!... ¿qué sigue?, ¿qué sigue? sentí que me invadía la vergüenza y me aventé un “trágame tierra”…cuando de pronto…

Por la anciana infeliz que gime y llora/y que del cielo implora/que vuelva yo muy pronto a estar con ella/por mi Madre, bohemios/que es dulzura vertida en mi amargura/y en esta noche de mi vida, estrella...

Surgió una voz entre el publico, con una desbordante inspiración, y comenzó a hacerme segunda, y terminamos juntos el hermoso poema.

El bohemio calló./Ningún acento profanó el sentimiento nacido del dolor y la ternura,/y pareció que sobre aquel ambiente flotaba inmensamente.../Un poema de amor y de amargura.

¿Quien era esa persona que me salvó de una bochornosa situación?, cuando me bajaron de la mesa pude acercarme para agradecerle su gesto.
Era el maestro Juan José Arreola, que estaba inmerso aun ese sentimiento de satisfacción y desahogo que siente todo poeta cuando termina su declamación.
-Nos lucimos muchacho, felicidades...y me dió un caluroso abrazo.

LES DESEO UN FELIZ Y VENTUROSO AÑO NUEVO, ÉXITO, PAZ Y FELICIDAD.
SMANZANO.


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