lunes, 17 de septiembre de 2012

Tonalna

Marcos Alejandro Macías Torres


El autor, por medio de un lenguaje sencillo, utilizando modismos propios de la lengua, nos conduce, a través de la narración de diez cuentos, a un mundo de vivencias y situaciones extraordinariamente características de nuestra población, de nuestros pequeños terruños que nos son tan amados y de los cuales tenemos queridos recuerdos.


Los personajes, entrañables como deben de ser en el arte literario, nos obligan a convivir con ellos, a darles vida, pues nos remiten al recuerdo de alguien o algo que ha sido impor tante en nuestra vida y que nos han dejado huellas indelebles en el corazón.

Los ambientes, descritos en escenas donde la realidad y la fantasía se conjugan con un sólo propósito, el de pintar las caratecrísticas propias de la vida pueblerina, están bien logrados, pues nos instalan, como lectores, en esas realidades muy nuestras.

Este es el resultado de una extraordinaria serie de cuentos, cada uno de ellos diferente, pero que aterrizan en un lugar como hay muchos en nuestro México, un pueblo lleno de costumbres, ideales y gente sencilla, buena y llena de vida.


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