martes, 11 de marzo de 2014

Un gran escritor

José Luis Vivar

     Guillermo Jiménez,
]en un jardín de España
.
  
(Una de las fotos de regalo
 de Constanza Jiménez de Juárez
a Milton Iván Peralta)
¿Qué hace mejor a un escritor de otro?, es algo que constantemente se escucha decir. Como si en verdad se pudieran establecer parámetros para medir la calidad literaria. Sin embargo, ante la insistencia, algunos opinan que es la forma en que manejan el lenguaje; otros, señalan la cantidad de ejemplares vendidos en el mercado editorial; y por último, hay quienes insisten en destacar aspectos exclusivamente literarios: no venden mucho, pero son de mayor calidad.





            Verdad o mentira, al final de cuentas la fama de un escritor es tan variable como los estilos y la temática que cada uno de ellos maneja. Los gustos son diversos y a veces extraños. Aunque nadie puede negar que todos estos factores antes mencionados quedan eclipsados por la magia, sí la magia que tiene un escritor para tocar a sus lectores, e involucrarlos en las historias que cuenta, en el modo de describir lo que a ojos de los demás es invisible.  Uno de esos escritores es Guillermo Jiménez, oriundo de este antiguo Zapotlán el Grande, y a quien homenajeamos en su onomástico el día de hoy.

            Lejos de los falsos artificios, de las narraciones complicadas, del lenguaje inalcanzable, Jiménez es un autor que ha trascendido al tiempo, a las modas y a los ismos tan comunes en la literatura.

            En la brevedad de su obra hay una riqueza lingüística, historias inolvidables, momentos poéticos, y sobre todo, un profundo amor a la lengua en castellano. Es a todas luces un autor accesible y al mismo tiempo exquisito. Etiquetarlo en alguna corriente determinada le resta méritos, lo vuelve común; nos basta saber que es un Gran Escritor.

            Reunidos en torno a su memoria, debemos insistir en revisar su obra, promoverla entre las nuevas generaciones, permitir que con cada uno de sus textos nos entregue esa magia que lo hace inolvidable, la magia con la cual los lectores viven en sus palabras. Esto, finalmente es lo que hace más que mejor diferente  a un escritor: su capacidad para tocar almas.

            Guillermo Jiménez es uno de ellos. Se le debe leer, porque esa es la mejor forma de rendirle este homenaje.

            

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