viernes, 23 de mayo de 2014

Correspondencia imaginaria: Carta de Jorge Luis Borges a Adolfo Bioy Casares

Enrique Fajardo

Buenos aires, 29 de Junio, 1946
Querido Bioy:
Supongo que ya te has enterado de lo sucedido y el nuevo ascenso que me otorgaron el día de ayer. Estrenamos gobierno; y yo, un puesto digno, asignado por un digno presidente de cuyo nombre no quiero acordarme.


Recién vengo del municipio, para ver de qué trataba este nuevo puesto, les comenté que me resultaba bastante raro que entre tantos otros empleados de la biblioteca, me hayan escogido como merecedor de este nuevo cargo. Con quien me dirigí sólo tuvo la insipidez de contestarme: “usted estaba del lado de los aliados… ¿qué esperaba?” Sus palabras no consiguieron una respuesta de mi parte. La unión democrática… ¡Qué bello fue vernos reunidos! Bianco, Victoria, María, Bernardo, y por supuesto, tú. La ridícula política me obligó a involucrarme más en ella misma y ahora pienso que me hubiese gustado haber participado directamente en el manifiesto y no solamente firmarlo. Así, mi nuevo ascenso tendría más sentido… o humor. Pero debo dejar los sueños para la ficción. Debo admitir que el título se escucha con bastante musicalidad: “Inspector municipal de aves y conejos”. Es sorprendente que hayan logrado crear un título tan llamativo.
Tal vez sea momento de perder esta timidez y deba dedicarme a dar algunas conferencias… Quizá ése sea el destino de todo escritor, que un mandatario fascista se burle y que uno termine conociendo los rostros de los lectores. Ya por ahora me he burlado de los políticos (son divertidísimos, creo que no dejaré de reírme de ellos),  sólo queda burlarme de los jurados y críticos literarios.


Estarás de acuerdo en que las dictaduras fomentan la opresión, el servilismo, la crueldad, pero aún más abominable es el hecho de que fomenten la idiotez.
—Borges


Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986) es autor Ficciones y El Aleph.
Adolfo Bioy Casares (Argentina, 1914-1999) es autor de La invención de Morel.}
En 1946, a la llegada al poder de Juan Domingo Perón a Argentina, los intelectuales fueron objeto de distintos grados de represión, en algunos casos extrema como la muerte, la tortura, el exilio y el escarnio publicó, y en otros casos, como el de Borges, la humillación: de ser bibliotecario fue designado como "Inspector de aves y conejos". 


1 comentario:

  1. Me gustó mucho. Totalmente de acuerdo con Borges en lo que respecta a la musicalidad del título otorgado.

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