Ana Isabel Rodríguez
-Ésa es tu pena.
Eso me lo dijo, aquí, en el mundo de los mundos que se
despliegan en la imaginación dormida, la
noche, la que se encuentra a la
deriva, la que me acusa a través de mil manos que señalan el camino que he
trazado en las oscuridades inciertas de los tiempos que aún no llegan, donde mi
cuerpo no es sino un estorbo para entrar
y salir del trance que me lleva al precipicio de la conciencia.
Todo aquel
que ha mirado en el pozo del porvenir, con el índice en ristre, lamenta y
acecha en mis visiones nocturnas, y me dicen que no, que el mundo no quiere lo
que le obsequio, que está vedado y anatema es incluso este don, que me hace
bruja, casi loca, tejedora de
destinos que no deben ser trazados, al menos, no vistos antes de que ocurran.
A ras del suelo, yo, la vidente, me retuerzo y trato de regresar al
mundo que se toca, pero es imposible: sólo
veo fragmentos de lucidez, y la realidad no se atreve a penetrar en el
espacio de las cosas ocultas que a mí me son tan claras.
Pero ya: la
luz, el día, la cosa, ya, ya vienen. Mis ojos descubren las formas, y vuelvo a
ser real. Allá dentro, me han advertido, me han juzgado por lo que había prometido en otras vidas, y no he
podido terminar. Debo andar, entonces, por mis propios caminos, y dejar los
otros, esos que solamente Dios conoce,
para la poesía y para el tiempo.*
*Las palabras y frases en cursiva son propias de Olga
Orozco, tomadas fuera de contexto a través de la obra encontrada en su
antología, publicada por el Fondo de Cultura Económica: Relámpagos de lo invisible (2009).
Olga Orozco (1920-1999) escritora argentina autora de una
veintena de libros de poesía. En 1998 ganó el «Premio de Literatura
Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo».
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