Ricardo
Sigala
En
la vida cultural de Ciudad Guzmán la literatura tienen un papel preponderante,
tanto porque hay una tradición fácilmente identificable con Juan José Arreola y
Guillermo Jiménez y con escritores regionales como Juan Rulfo, como por la
presencia constante de actividades literarias, especialmente talleres y
concursos. Sin duda la narrativa breve es la expresión literaria más
frecuentada por los escritores de esta región, por lo que intentaré un
acercamiento a este fenómeno en Ciudad Guzmán durante los últimos seis años,
especialmente a través de los resultados de los concursos que se hacen en el
municipio.
En las últimas dos décadas Ciudad
Guzmán ha tenido una actividad constante en lo que se refiere a la creación
literaria: el Centro Universitario del Sur abrió las carreras de Letras
Hispánicas y de Periodismo, en esta casa de estudio la Cátedra Hugo Gutiérrez
Vega realizó un buena cantidad de seminarios y talleres con autores de reconocimiento
nacional e internacional; por su parte la Casa Taller Juan José Arreola ha
ofrecido talleres de cuento a cargo de los escritores Fernando de León, Gabriel
Martín y Godofredo Olivares, además del Diplomado de Creación Literaria del
Instituto Nacional de Bellas Artes; finalmente la Casa de la Cultura cuenta con
un taller que el año entrante alcanzará las dos décadas de funciones interrumpidas.
En este contexto nacen por
diferentes iniciativas concursos de cuento que cumplen con varias funciones.
Por una parte se mantiene una tradición literaria en la región con todo lo que
implica de preservación, difusión y preservación de los valores artísticos y
culturales, y por otra parte se estimula los incipientes trabajos de los
jóvenes escritores, finalmente los concursos hacen un papel de termómetros de
la actividad literaria local.
De 2009 a la fecha en Ciudad Guzmán
se han organizado tres distintos concursos de cuento, el Concurso de Cuento La
Jirafa, que este año deberá estar convocando a su sexta edición ininterrumpida,
ha premiado a cinco jóvenes escritores y
ha reconocido con menciones honoríficas a una veintena más. Es de destacar que
tanto los trabajos ganadores como las menciones se han publicado en el
suplemento cultural La Jirafa del Diario Regional de Zapotlán y que en 2012 en
conjunto con el Centro Universitario del Sur publicó el libro La Jirafa. Cuento zapotlense contemporáneo.
Este concurso es convocado por el Diario Regional de Zapotlán y ha tenido el
apoyo de diversas instituciones como el Archivo Municipal de Zapotlán el Grande
y el Centro Universitario del Sur.
Otra concurso, de reciente creación
pues este año está en su segunda edición, es el que convoca el Ayuntamiento de
Zapotlán el Grande a través de la Casa de la Cultura. El certamen tiene dos
vertientes: el que lleva el nombre de Refugio Barragán de Toscano, para
mujeres, y el llamado Alfredo Velasco Cisneros en el que concursan sólo
varones. A diferencia de los otros concursos de la ciudad éste pide no un
cuento sino un volumen de entre 30 y 50 cuartillas, tienen a demás la virtud de
publicar los trabajos ganadores en plaquets. Finalmente tenemos el Concurso de Cuento del
CUSur, convocado por la sociedad de alumnos de la carrera de Letras Hispánicas
y dirigido a toda la comunidad estudiantil, que a parte de otorgar un premio
económico pretende publicar los trabajos ganadores.
En lo que se refiere a la
constitución de los jurados, al parecer lo criterios son variables, sin embargo
la tendencia es contar con escritores, editores, académicos, y periodistas, la
mayor parte de las veces originarios de Guadalajara y de Colima, lo que
contribuye a cierta objetividad en la selección y le da credibilidad a los
dictámenes.
A sabiendas de que este no es un
método objetivo y que no queremos ser concluyentes, sino que simplemente
hacemos un ejercicio con los resultados de los concursos, respetando la
autoridad de lo que dictaminaron los jurados, podemos considerar en la
narrativa breve zapotlense hay algunos autores que se están ganado un lugar por
méritos propios, a continuación nombraré a los más destacados, insisto tomando
como punto de partida sólo estos concursos y algunas circunstancias que no
debemos pasar por alto.
En un primer grupo tenemos a
aquellos que han ganado alguno de estos concursos: En La Jirafa: Alfredo
Cortés, Ricardo Hernández Hernández, Yolanda Chávez Arroyo, Julio César M.
Virrueta y Didiana Sedano Sevilla; en el del CUSur: Azucena
Rodríguez Anaya; en el concurso Refugio Barragán de Toscano: Mar Pérez, y en el
Alfredo Velasco Cisneros: Gilberto Moreno. Es preciso destacar que estos dos
últimos no se les premió por un cuento sino por un volumen de cuentos, de entre
30 y 50 cuartillas. Nos encontramos con autores con carreras reconocidas como
el caso de Alfredo Cortés, revelaciones como Ricardo Hernández, y con quienes
están construyendo su propia trayectoria con otros reconocimientos y
publicaciones, como es el caso del resto de los autores nombrados.
Un
segundo grupo se hace necesario para ubicar a aquellos que han tenido una
presencia constante con menciones honoríficas o que han ganado otros premios
fuera de Ciudad Guzmán, es el caso de Gissel Janet
Cerillos Chávez, quien ganó en 2009 el concurso de cuento de San Gabriel y ha
obtenido diversas menciones; Ángel del Toro Ortiz quien ganó en 20113 el concurso
que convoca el Festival de la aves de Chapala; Alejandro von-Düben quien ha
tenido una buena cantidad de reconocimientos por ser finalistas en diversos
concursos, y finalmente Salvador Manzano quien además ha tenido menciones
internacionales. También había que nombrar aquí a Alejandro Merino y Ana Isabel
Rodríguez.
Mención
especial merece Juan Valdovinos que ha estado presente en la nómina de menciones
de La jirafa y otros concursos, además de que se hizo merecedor de una Beca de
creación por parte del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes en 2012.
Otro cuentista destacado en la ciudad es Hiram Ruvalcaba quien ha recibido
mención honorífica en varios concursos y que en 2013 publicó su libro de
cuentos El espectador en la editorial
colimense Puerta abierta.
Llama la
atención la diversidad de nombres y que no nos encontramos ante una figura
dominante, sino que por el contrario el panorama de la más reciente narrativa
breve en Zapotlán goza de propuestas variadas. Si se sigue trabajando en estos
ámbitos en la ciudad, si las instituciones, los promotores culturales, los
escritores continúan con sus esfuerzos, es un hecho que el horizonte de la narrativa
zapotlense entrará tarde o temprano en una etapa de maduración.
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