Como un delgado sueño que se va

Milton Iván Peralta

“Una laguna que viene y se va como un delgado sueño”, así es como Juan José Arreola describe la laguna de Zapotlán en una de sus bastas obras. Roberto Espinoza Guzmán en su libro “Lirio del Valle” llevó la poesía de nuestro vaso lacustre a la cúspide. Guillermo Jiménez la eternizó en el final de su “Zapotlán”, Vicente Preciado sumergió sus manos en las letras zapotlenses y sacó “Florilegio poético a Zapotlán”, nuestros escritores han reflejado la belleza de la laguna, los demás nos hemos encargado de destruirla.

Martha Ruth del Toro, candidata a la diputación federal por el PAN, se reunió con el equipo de columnistas de Diario Regional de Zapotlán la noche del miércoles, donde además de compartir el pan y café, nos dio a conocer su proyecto y sus propuestas si llega a ser diputada federal. Entre sus múltiples planteamientos sobre el medio ambiente, la reglamentación para las aguacateras y la recuperación de nuestras zonas boscosas, proyectos muy específicos sobre el manejo de químicos en los invernaderos, me quedé con una sola, símbolo de los zapotlenses, pero de esos símbolos que nada más funcionan para presumir en los discursos y en los hechos no suele pasar nada: la laguna.

Hay muchos que suelen ir a pasear, pero sobre todo a “pistear” en esa zona que se ha convertido en un centro nocturno y hotel de paso desde hace muchos años, donde podremos encontrar un gran aviario –alrededor de 65 especies- que contiene especies locales  migratorias, un jardín botánico con casi doscientas plantas acuáticas hasta especies arbóreas. Nos ofrece frutos como las seis especies de peces que ahí habitan, anfibios en seis especies, doce de reptiles, once de mamíferos y un largo etc. Además de que es vital para la regulación del clima de la región. Y toda esta reflexión y conocimiento se encuentra en un libro, del cual comentábamos con Martha Ruth, “Síntesis ambiental y cultural de la laguna de Zapotlán”, investigación hecha por siete personas donde destacó a

Presentación del libro en la Casa Arreola.

Raúl López Velásquez, que dieron tres años de su vida para verificar y descubrir toda la “habitad” alrededor de nuestro vaso lacustre. Este libro fue presentado en el 2011 por el Gobierno  del estado de Jalisco y CEA. El libro nos regala los datos y fotografías de cada uno de los “habitantes” y vecinos de la laguna, este ecosistema que ha ido comiendo y contaminando la “modernidad”. La candidata nos hablaba del riesgo que corre porque las plantas tratadoras de aguas negras un día no funcionan y el otro tampoco. Que los químicos usados en los invernaderos y cosechas terminan en la laguna, dándole máximo alimento al lirio que se combate un día pero este crece tres veces más rápido, dejando inutilizado el trabajo realizado. De poco sirven los múltiples títulos que le dan dado como el de sitio Ramzar, si al final de cuentas el gobierno permite que se instalen negocios: restaurantes y bares que no hacen más que contaminar, sin olvidar los paseantes que muchos de ellos contaminan.      

Martha Ruth dice que hay grupos que hacen un trabajo por rescatarla y protegerla, pero son gritos en el desierto. Recordé que el libro de “Síntesis de la Laguna” se presentó dos veces en nuestra ciudad, donde no fueron más de veinte personas, se realizó una exposición fotográfica sobre las aves, fue poca gente. Se regaló el enorme y hermoso libro, quedaron copias en las bibliotecas y pocos lo conocen. Vale mucho la penas revisar este gran trabajo y otros más que se han hecho, ya que nuestro lago ha sido muy bien investigado, pero creo que falta mucho en reflexionar que la limpieza  y su cuidado es responsabilidad de todos, no solo de los investigadores y amantes del medio ambiente; porque no es nada más un lugar donde llevamos a los niños a que se entretengan un rato o a los turistas, o el lugar de entrenamiento de los jóvenes de canotaje –otro orgullo local por sus éxitos- es el hogar de muchas especies incluidos nosotros: la laguna es un delgado sueño que se nos va…