viernes, 8 de mayo de 2015

¿Dónde jugarán los niños?

Milton Iván Peralta


El primero de mayo (1M) debería quedar marcado como una fecha de rompimiento, como un día de agresión a la paz de la ciudadanía -una paz hecha de barro- tal vez el día que muchos decidieron quitarse el velo de los ojos, o que sintieron que el problema los alcanzó. Ahora que todo mundo se queja de los ataques del narco, vale mucho la pena reflexionar lo poco que hacemos como sociedad para impedir esto, no dijo que salgamos armados y les echemos bala, pero hay cosas que muchos hacen y ahora se quejan. “Por llenar el tanque me ahorro unos 50 pesos de gasolina”, “es que el gobierno abusa con el precio de la gasolina”, son dos ideas muy comunes que dicen muchos cuando andan preguntando y buscando dónde se compra la gasolina robada, y creo que ese ahorro de dos o tres pesos por litro quedó manifestado que ha sido bien invertidos.



Enrique Peña Nieto hace unos meses, aquí en Jalisco, dijo que éramos uno de los estados más violentos del país, nadie le creyó. Pero todos en el fondo sabíamos que era cierto, y que el Presidente de la República lo decía por algo. Todos hemos dejado ciertos espacios porque los narcos lo controlan, en toda la región es un problema, por ejemplo en lugares como Tecalitlán, Pihuamo o Tamazula escuchamos o hemos visto cosas, sabemos de las víctimas de los “tablazos” o gente que ha tenido que huir de su lugar de residencia por la violencia o porque los obligan, y negocios cerrados por amenazas. Más de alguno ha sido extorsionado, y muchos jóvenes se han ido engañados por el “espejo del diablo”; o por necesidad, cuántos campesinos dejan de sembrar maíz o caña por sacar mariguana, “pagan mejor”, es lo que dicen, es una justificación para alguien que tiene una familia de 5 u 10 gentes que dependen de ese mísero salario, “nos arriesgamos”, es lo único que recitan.

Ya lo dice Roberto Saviano “escribir sobre cocaína es como consumirla. Cada vez quieres más noticias, más información”, así están muchos, deseando saber más anécdotas, chismes, y muchas veces lo celebran, la cultura del narcotráfico nos ha invadido, desde la música, la televisión y la literatura, es un bombardeo constante pero sin llegar nunca a la reflexión de ¿realmente vale la pena ese submundo? Vale la pena de vez en cuando leer –en mi caso releer- obras como “Ayer médico, hoy narco”. La historia nos narra la vida del doctor Oscar, egresado de la UAG, en el cual al parecer tenía su vida acomodada, su trabajo, esposa e hijos, y un buen día se vio “seducido” por el tema del narcotráfico, desde abajo y el deseo de querer más lo lleva a enredarse entre el transporte de cocaína de Colombia a México, y después a Europa. Los primeros años todo es lujo y felicidad, pero el vicio, el riesgo, otras mujeres terminan por arruinar su vida familiar, lo abandona su esposa e hijos, y sus amigos comienzan a ser asesinados o en la cárcel. ¿Qué pasó con Oscar? No se sabe, la familia lo único que les quedó de él fue un diario, donde cuenta todo y es lo que se publicó. En sus 413 páginas el libro nos cuenta el caer de una persona, su camino al infierno, para que al final ni su familia ni él disfrutara nada. Es el caso de un médico de Guadalajara, que llevaba una vida normal. El ejemplo más tangible es la familia de Pablo Escobar, al final se quedaron en la calle, todo el mundo odiándolos por lo que él hizo, y me gusta la respuesta del hijo “yo no soy culpable de las acciones de mi padre”. Son dos claros ejemplos de que el negocio del narco no es más que una ilusión, el cual nos va arrebatando lo que somos. Como sociedad nos quita libertad y seguridad, los espacios públicos se van perdiendo. Es el momento como sociedad de reflexionar el qué podemos hacer para detener eso, porque no es una lucha nada más del gobierno, así como no es toda su culpa el que esto haya crecido. Cada quien que agarre su parte.

RECOMENDACIONES
Dejo unos libros para quien quiera saber un poco más del tema y sus grandes consecuencias:

-CeroCeroCero
Roberto Saviano
Anagrama, 2013.

-Ayer médico, hoy narco. El mexicano que quiso ser Pablo Escobar.
Editorial oveja negra y Quintero editores. 2007.

-El cartel de los sapos, 
Andrés López López
Planeta, 2009. 
De este nada más recomiendo el libro, la serie es muy diferente, aquí se deja ver toda esa pérdida de humanización del personaje y la podredumbre que es ese negocio.


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