viernes, 1 de octubre de 2010

El Hombre de Fuego recupera su brillo

Tan difícil como llegar a él, tan fácil como retirar los microorganismos que lo habitaban. Así fue el proceso de limpieza del mural El Hombre de Fuego, que José Clemente Orozco pintó en la cúpula del Instituto Cultural Cabañas y que desde el decenio de los ochenta no había recibido mantenimiento. Tras los trabajos realizados por personal del Instituto Nacional de Bellas Artes, el antiguo brillo de la pieza del pintor de Zapotlán regresó a su lugar y ahora tocará turno a las miradas de los espectadores que cada día visitan el edificio Patrimonio de la Humanidad.

Luego de la primera evaluación, realizada hace poco más de un mes, se concluyó que las afectaciones en el mural eran menores. Alberto González, director del taller de pintura mural del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble e Inmueble del INBA, explica que los trabajos se orientaron sobre todo en realizar una limpieza general del fresco. “Habíamos detectado una infección por microorganismos. Se realizó una limpieza en seco para eliminar el polvo, después de aplicó un desinfectante realizado con semillas de toronja. Luego vino una limpieza con esponja. También se retiraron algunas intervenciones anteriores para reintegrar el color”, detalla González.

Considerando que el último mantenimiento al mural ocurrió en los ochenta, el Alberto González añade que tanto El Hombre de Fuego como las demás pinturas del tambor de la cúpula “estaban en extremo sucias”. El especialista señala que él y su equipo —integrado por David Oviedo y Jorge Herrera— tienen la disposición de seguir trabajando en las bóvedas del edificio, aunque éstas “requerirán un estudio más profundo. Los daños son más notorios”.

Para Alejandro Cravioto, secretario de Cultura de Jalisco, resultó “extraordinariamente oportuno” que la entrega del mural coincida con la inauguración de la exposición José Clemente Orozco: Pintura y verdad, que la noche de ayer abrió sus puertas en el Colegio de San Idelfonso en la ciudad de México y que se enmarca dentro de los festejos por el centenario de la UNAM. “Orozco vuelve por su fueros y vuelve a atener esa presencia que nunca debió haber perdido”, afirma.

En los trabajos se invirtieron 200 mil pesos para la renta de los andamios y compra de materiales.

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