miércoles, 11 de junio de 2014

El tiempo se me fue volando

Víctor Hugo Prado 

Alguna vez ha escuchado, el tiempo se me fue volando, hoy no tuve tiempo de nada, no sentí que se el tiempo se me iba, necesito organizar mis tiempos, el tiempo no me rinde nada u hoy no tuve tiempo ni para comer. A los que nos sucede eso es porque no estamos aprovechando de manera correcta el tiempo. Por cierto un bien escaso y no renovable. Cuando se va, se va y nadie lo puede regresar. En otras palabras, los que empleamos mal el tiempo somos los primeros en quejarnos de su brevedad, es una frase de Jean de la Bruyere. 



Una de las habilidades de mayor importancia para optimizar las posibilidades de éxito, es saber utilizar uno de los más valiosos recursos que el hombre posee, el tiempo. Y nos vemos esclavos de éste porque carecemos de una cultura de la administración y nos dedicamos a atender lo urgente en lugar de lo importante. 

En una empresa no es el más productivo el que invierte más tiempo en una tarea, sino el que lo hace con mayor eficiencia y eficacia. En una organización, es mentira que el tiempo esté en nuestra contra, estará a nuestro favor si lo organizamos. Es un mito que el tiempo se vaya, nos vamos nosotros con nuestras oportunidades frustradas, él se queda. 

Ahora bien, ¿cómo sé la manera en que gasto el tiempo? es simple, has un registro de lo que se hace, lleva una agenda y dedícale el tiempo a examinar el tiempo invertido en las tareas cotidianas y eventuales en función de la necesidad, de la aptitud que demanda una tarea y de los resultados obtenidos. Por ejemplo, si asisto a una clase de metodología de la investigación y en tres horas deberé identificar los elementos que me permitan plantear un problema, y al final, no supe cuáles son los elementos para plantearlo, habré perdido mi tiempo y he contribuido a perder el tiempo a otros, por ejemplo al del maestro, el de los administrativos que hacen que ese maestro esté en el aula. El deber del alumno es saber si necesita saber ese tema, si tiene la aptitud para aprenderlo y si decide tomarlo, si esas condiciones son afirmativas, luego entonces, el resultado esperado debe ser su aprendizaje. 

Escribió la semana pasada Fernanda de la Torre, una columnista de contenido actual del Diario Milenio que a pesar de refranes, fábulas y perlas de sabiduría que nos repiten que el tiempo es oro, todavía no acabamos de entenderlo, y nos cuesta trabajo caer en cuenta de lo importante que es aprovechar cada segundo. Habrá quienes prefieran leer y habrá otros a quienes les parezca mejor ver la televisión. Es cuestión de gustos, señala. Algunos preferirán estar en casa, otros pasar el tiempo con otras personas. A pesar de que la manera en que usamos nuestro tiempo es diferente, todos podemos coincidir que aquello que no nos reporta ningún beneficio es una pérdida (y desperdicio) de tiempo. 

Como a Fernanda a mí también me gusta la gente que aporta cosas positivas, inteligentes o divertidas a mi vida, en mi tiempo, con las que se pueden tener buenas conversaciones y comentar sobre la vida. También me parece un desperdicio de tiempo estar con la gente que critica sin parar o se queja infinitamente de todo. ¿A usted cómo le gusta aprovechar su tiempo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario