jueves, 23 de diciembre de 2010

Acerca del libro “Contactando con la divinidad”

Juan Manuel Preciado

Las obras de Isidoro Jiménez.
(Milton Iván Peralta)
Siempre saludo con entusiasmo la aparición de un nuevo libro de autor local.

      Primero, porque es una prueba de que se está trabajando creativamente en nuestra comunidad y segundo, porque todo libro es como el nacimiento de un nuevo ser humano: contiene en sí un universo de posibilidades.

Isidoro Jiménez Camberos se ha caracterizado porque en todos sus ensayos aplica la precisión que reclama el auténtico trabajo de investigación y porque además en ellos nunca se le escapa el aspecto social de los fenómenos culturales que analiza.

A su ya notable producción de textos como “Gordiano Guzmán, Insurgente y Federalista” (amplio compendio de datos sobre este controvertido personaje sureño), “Danzar para merecer” (interesante ensayo sobre las cuadrillas de sonajeros del sur de Jalisco), agrega ahora “Contactando con la divinidad”, otro estupendo ensayo sobre una manifestación cultural única; la danza de los Paixtes. Esta obra, por su contenido, es un verdadero rescate antropológico  y etnográfico que viene acompaña de un disco DVD con escenas del baile tomadas en los lugares mismos de su ejecución.

Isidoro Jiménez y Juan Manuel Preciado.
(Milton Iván Peralta)
La danza, como todos sabemos,  ha estado ligada desde los albores de todas las culturas, al deseo del hombre de propiciar el favor de las entidades supremas. Ha  acompañando además los momentos trascendentes de la historia humana.

Desde las culturas mesopotámicas, pasando por el antiguo Egipto, la Grecia Clásica y la Roma imperial, la danza ha sido elemento imprescindible.

En la tradición judeo-cristiana, recordemos que el pueblo Israelita danzó en todos los momentos culminantes de su historia: Cuando fueron liberados por Moisés del cautiverio egipcio; cuando atravesaron el mar Rojo; Cuando al pie del Sinaí rindieron culto al becerro de oro… En el Nuevo Testamento hay constancia del efecto embriagador y contundente de la danza en el pasaje relatado por Marcos cuando refiere cómo Salomé hipnotizó a Herodes con su baile al grado de conseguir como recompensa, no la mitad del reino que este ofreció, sino la cabeza del Bautista.


Fernando G. Castolo, Martín González,
Isidoro Jiménez y Juan Manuel Preciado.
(MIPP)

En nuestro México, desde las culturas prehispánicas hasta nuestros días, la danza (siempre de carácter propiciatorio), ha formado parte de la tradición de nuestros pueblos.

La ancestral danza de los Paixtles que nos explica y comparte en su nueva obra Isidoro Jiménez, es una muy original invocación a la lluvia, un llamado a ese elemento fundamental que al preñar la tierra y hacerla fértil, garantiza la vida. Pero también es una ceremonia favorable que llevan a cabo los seres más desprotegidos socialmente pero a la vez los más nobles, porque al invocar el favor de la divinidad, lo hacen pidiendo abundancia para todos.

Después de que la tradición de la danza de los Paixtles se ha esfumado en lugares donde antes se practicaba, como Ayotitlán (en la sierra de Manantlán), Apango y Atequizayán, pervive como lámpara votiva en unas pocas cuadrillas en los municipios de Gómez Farías (San Andrés Ixtlán) y Tuxpan.

Isidoro Jiménez Camberos.
(MIPP)
El libro “Contactando con la Divinidad” se puede conseguir en el Archivo Histórico del Municipio de Zapotlán el Grande y personalmente agradezco  a su autor el profesor Isidoro Jiménez Camberos esta nueva entrega, al tiempo que hago votos porque su esfuerzo y dedicación contribuya de manera decisiva a conservar esta tradición tan original y hoy por hoy tan amenazada por el olvido y la indiferencia.

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