martes, 9 de agosto de 2011

Tres poemas mínimo


Tres poemas mínimo

Roberto Espinoza Guzmán

¿Y habremos de llenar
de amor ese hueco tan enorme de tiempo,
para después dejar que se evapore nuevamente y
nos ahogue esa nada, ese no ser?
No lo contestes, yo podría interrogar tu mirada

Llegué a tu alma por el oculto sendero de tus
Enamorados ojos. Mi  corazón sediento, adivinó tus
Besos a través del tenue brillo de aquel camino de las
Almas y se llegó hasta él.
Después… ¡Después no pude encontrar mi alma!
Fue tan fuerte y profundo el lazo de amor que la
Trajo hacia ti, que no distinguí tus ojos de mis ojos….
Tu corazón, de mi corazón…. Tu boca de mi boca….

Ha vagado esta noche por el país de mis versos un
Espectro. Yo sentí que sus ojos estaban quemando
Recuerdos. Quemaron primero tu imagen y se fue
Volviendo ceniza…. Ceniza. Después  tus adioses que-
Maron luego tus besos. ¡Qué gran llamarada brotó
De tus besos!

Luego vino el alba y en fuga se puso el espectro
Aquél. Yo quise saber de su nombre y le interrogué:
¿Quién eres tú? ¿Por qué me haces daño? Pero aquel
Espectro pasaba en esos momentos la última frontera
Del país de mis versos y mis preguntas quedaron
Temblando en el aire, interrogando a la nada.
Cuando volví la cara a la hoguera, una lengua de
Fuego se elevó hasta mi oído y grito: ¡Es la ausencia….
Es la ausencia!





Tu belleza
Roberto Espinoza Guzmán

Fuérale dado al mar
Verte la cara,
Con tus ojos de fijo
Se disgustara.

Porque verde más bello
Nadie lo tiene;
Ni nmar que se ha marchado,
Ni mar que viene.

Porque todos los rojos
Por ti suspiran,
Y se mueren de envidia
Cuando te miran.
Son tus cabellos rubios
En día que llueve,
Un sol que nos alumbre
Con gracia leve.
Y al ver tanta belleza
Junta en tu cara
Me aborrecieran todos
Si no te amara.


Lirio del valle
Roberto Espinoza Guzmán
I

Abre, lirio del valle, tus candores,
Mira qué sinfonía provinciana,
El arrebol fugaz de la mañana
Pinta el camino de los labradores.

Vienen recién nacidos los colores
Por esa línea horizontal ufana.
Ciego el aire de luz, llora y hermana
Una lágrima al cáliz de las flores.

Mas el paisaje grato no culmina,
Faltas con tu presencia de sonrojos.
Abres tus pétalos que el aire inclina,

Y en la fiesta-color, verdes y rojos
Lanzan su plenitud más cantarina
Al verse iluminados con tus ojos.
 

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