Ricardo
Sigala
Durante
más de cuarenta y cinco años el escritor francés Patrick Modiano se ha dedicado
a construir una obra literaria basada en la memoria y en la búsqueda de poner
orden en el caos de nuestros días, en buscar respuestas a las incertidumbres
del presente por medio de la indagación de la historia reciente. Casi la
totalidad de sus libros suceden en un modesto barrio de París entre los años
cuarenta y los años setenta, y se concentra principalmente en lo que él llama
los años oscuros de París, que no son otros que los años de la ocupación nazi
durante la segunda Guerra Mundial.
La mirada crítica de Modiano, así
como su intensa documentación, han llevado a que los franceses no sólo se
reconozcan víctimas de la invasión nazi, sino que salgan además a la luz
complicidades del propio Estado francés con el tercer Reich, que incluyen entre
otras cosas, la persecución de los judíos asentados en Francia. Un ejemplo de
esto es el guión que Modiano realizó para la película Lacombe Lucien (en colaboración con Louis
Malle, 1974), que aborda la cuestión del
colaboracionismo durante la ocupación alemana de Francia.
El otro
gran ejemplo tiene que ver con una de sus novelas más celebradas, Dora Bruder (1992) que se basa en la
historia real de una adolescente de quince años en París que se convierte en
víctima del Holocausto. Patrick Modiano había encontrado en un viejo periódico
de la Segunda Guerra Mundial, un anuncio que lo impresionó y lo llevó a hacer
una investigación intensa, tanto documental como a partir de testimonios, que
dio lugar a una de las novelas más emblemáticas de la literatura europea de las
últimas décadas en lo que se refiere al tema del holocausto. El anuncio de la
prensa decía lo siguiente: “Se busca a una joven, Dora Bruder, de 15 años, 1,55
metros, rostro ovalado, ojos gris marrón, abrigo sport gris, pullover
burdeos, falda y sombrero azul marino, zapatos sport marrón. Ponerse en
contacto con el señor y la señora Bruder, bulevar Ornano, 41, París”. Se trataba de las calles y los años de la
infancia de Modiano, incluso conoció a personas que también convivieron con la
desconocida Dora Bruden, así que se puso a andar sobre sus pasos, a recuperar
su pasado, y junto con él el pasado de uno de los sucesos más terribles que
registra la historia contemporánea. Sus pesquisas le llevaron a la colaboración
entre Francia y Alemania y a Auschwitz, “a las siniestras tripas de la Europa
del siglo XX.”, en palabras de Alberto Manguel.
En una entrevista publicada en el suplemento Babelia
del diario El país de España, en 2009, Modiano explicó sobre aquella novela:
"Luego, con los años, y con el libro ya publicado, me llegó algo más de
documentación sobre Dora. Y me planteé la cuestión de si merecía la pena
reescribir la novela o no. Decidí que no. No soy historiador. Soy novelista. No
importa tanto el resultado de la búsqueda como la búsqueda en sí. Así que la
novela se quedó como está". Con esta declaración Patrick Modiano no sólo
se desmarca de los estudios históricos y se reafirma con escritor de ficción,
también está renunciando a que su novela represente sólo a un caso específico,
único y exclusivo. Al hacerlo, asume su libro como un caso simbólico,
significativo que puede aspirar a la categoría del mito, la alegoría, el
tópico, que tienen en su naturaleza acoplarse a la humanidad más que al
individuo.
El
jueves pasado la Academia de Estocolmo, anunció que este año el ganador del
Premio Nobel de literatura es justamente Patrick Modiano. Este gesto, entre
otras cosas, reconoce que su obra no se reduce a la experiencia francesa, sino
que se torna universal. Veo en la obra de Patrick Modiano, una enseñanza urgente
para nuestras sociedades, que se empeñan en la construcción de su identidad
nacional a partir de una historia oficial en la que hay buenos y malos, cuando
en realidad todos somos a la vez, en mayor o menor medida víctimas y
victimarios, ya sea por omisión o por deliberada ignorancia. La lectura de una
obra de estas características nos urge a los mexicanos para comprender el
pasado violento que no hemos superado, esas siniestras entrañas de nuestra
historia, cuya más reciente manifestación son los sucesos acaecidos en Iguala,
Guerrero, a un grupo de normalistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario