martes, 21 de julio de 2015

Zapotitlán de Vadillo, Vadillo de nosotros. "La sortija del encomendero"

Edgar Chávez



Quiero atreverme a recomendar un libro que aún no he leído por haberlo conseguido recientemente. Sin embargo no puedo evitar sentir curiosidad por adentrarme en esas palabras que acomodó a su manera un hombre nacido en las tierras vecinas de Zapotitlán de Vadillo. Apenas estoy nombrando su ciudad natal y ya he dicho su apellido. ¿Quién es Basilio Vadillo? Yo recuerdo haber visto ese nombre en alguna calle o en algún libro de Historia. Pero no sé cómo no tengo idea de quién fue él. A veces estamos rodeados por genios que se nutrieron en el mismo suelo sobre el que estamos pisando y no nos damos cuenta. Como aquel dicho popular: estás viendo y no vez. Hay que empezar por querer, por querer ver lo que siempre ha estado frente a nuestros ojos.



            He conocido a Basilio Vadillo por Miguel Ángel López Barajas, prologador del libro La sortija del encomendero recientemente publicado por Secretaría de Cultura Jalisco. A pesar de que el autor tiene un nombre familiar, más por la historia que por la literatura, gracias a él tuve mi primer acercamiento a su biografía. Inició por una invitación para pintar un mural en la UPN con la temática de la educación en el sur de Jalisco. Entre sus propuestas, como representantes de la educación mencionó a Vadillo. Admito que me sentí desconcertado al escuchar ese nombre. Pensé en que el asunto me olía a cierta afición. Como no me vio convencido me prestó un libro. Basilio Vadillo: la inconformidad creadora de Othón Villela Larralde. Mi desconcierto se trasformó en asombro. El autor aparte de haber sido escritor, también fue diplomático, periodista, orador, educador y político, llegando a tener importantes cargos como representante del estudiantado ante el Primer Congreso Nacional de Maestros, director de educación en Colima, creador de la Junta Revolucionaria Estudiantil, gobernador de Jalisco en 1921, iniciador de las cruzadas educativas, primer embajador de México ante la URSS, entre otras empresas no menos destacadas.

            Así, quedo en la misma condición de desconocimiento que el lector ante esta obra que ha salido a la luz después de tantos años resguardada. Salvo una breve reseña me comprometo a comenzar esta aventura con las mismas ventajas que los interesados en la obra de Vadillo. El asesinato de una mujer se vuelve el punto de partida de una investigación periodística que conduce a una conspiración que pretende asesinar al presidente electo Álvaro Obregón, en donde se involucran jerarcas de la iglesia, militares cristeros y altos funcionarios públicos, personajes que parecían casi imposibles de verse ligados en un delito de ese nivel.


            Zapotitlán lleva el apellido de Vadillo; invito a llevar su apellido en nuestras memorias.

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