Se conmemoró el 99 aniversario
de la hija ilustre de Zapotlán, la poetisa María Cristina Pérez Vizcaíno. La
ceremonia se llevó a cabo en el Columnario de los Hijos Ilustres; durante la actividad
exaltaron el legado que dejó la zapotlense en su inspiración por este municipio. Esto ante la ausencia de autoridades municipales, incluidos los regidores e invitados de cultura, tristemente nada más estuvo presente el jefe de Casa de Cultura y una secretaria.
En
la conmoración de su natalicio, se le recodó con su poema “A Zapotlán” que
evoca “El aroma cordial del pan caliente”, “Las rítmicas escobas de los barrenderos”,
“El sonoro reloj municipal” y “la náufraga cáscara de la nuez”; mismo con el que
ganó el segundo lugar en “Los Juegos Florales” de 1950; El primer lugar lo
obtuvo Juan José Arreola con el poema “Oda terrenal a Zapotlán el Grande.”
La
poeta nació el 29 de octubre de 1916 en Zapotlán el Grande. Cursó la primaria
en el Colegio de las monjas francesas, actualmente escuela María Mercedes
Madrigal.
A
pesar de que María Cristina Pérez Vizcaíno era de descendencia europea y que
algún tiempo radicó en Barcelona durante el periodo de la Guerra Civil, la
poetisa siempre estuvo ligada a su tierra natal.
Su
padre era proveniente de la comarca de
Támara de Campos, un lugar desolado de España también conocido como “Campos
Góticos”, laboró como administrador de la Hacienda de “El Rincón”. Su madre era
una criolla mexicana perteneciente a la sociedad porfirista de terratenientes
sacudida por las luchas de la época.
En
su legado en las letras mexicanas se le adjudica la publicación de varios
libros como: “Atabal” (1948), “A tercera cara de Israel” con el seudónimo de
Erick Bergen y El Asalto (1952), poemario con el que ganó el “Premio Jalisco”
en 1954.
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