Ricardo Sigala
La
literatura mexicana se ha convertido en una protagonista de las letras en
lengua española. Hoy en todo el mundo se habla de Fernando del Paso, después de
que este 12 de noviembre se dio a conocer que era el ganador del Premio
Cervantes. Todos los periódicos y sus portales en internet pusieron en primera
plana la nota del galardón literario más importante que se concede en lengua
española, el lugar común asevera que el Cervantes es el Nobel español. La noticia es en verdad un gran suceso, pues
en opinión de los conocedores de literatura, Fernando del Paso es el mejor
narrador vivo de nuestra lengua, y hace muchos años se esperaba el
reconocimiento, porque ya hace varias décadas que impresionó, a la vez que
desconcertó, al medio literario mundial con la publicación de sus monumentales
novelas, novelas monstruo, las define Jorge Volpi.
Sus
novelas José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio representan una
aventura artística que incluye a la vez la más atrevida vanguardia y un abrazo
a la tradición, que en la teoría resultan difíciles de conciliar, esos libros
imposibles de escribir hasta que un genio viene y los planta en el rostro de
los sorprendidos lectores, (la sorpresa consiste en la sensación de
enfrentarnos al primer libro en nuestra vida). Fernando del Paso hizo, sólo con
estas tres obras, un experimento inédito en nuestra lengua, y tarde o temprano
debería ser reconocido en España, pues en su momento ya había sucedido en
nuestro país nada menos que con el Premio FIL de Literatura 2007, y antes en
Venezuela con el Rómulo Gallegos; también Francia le había otorgado el Premio a
la Mejor Novela Extranjera y Estados Unidos le había premiado con la beca
Guggenheim. Para cualquier escritor de lengua hispana, después de ganar el
Cervantes la única aspiración válida es
el Nobel, la obra de del Paso asumiría
con dignidad tal atributo.
Comenzamos diciendo que la nuestra
se ha posicionado como una de las literaturas con más proyección y
reconocimiento en el orbe, y lo digo no sólo por la noticia de ayer. Hablemos
sólo del Premio Cervantes, de 2005 a la fecha, cuatro escritores mexicanos lo
han ganado, en 2005 Sergio Pitol, en 2009 José Emilio Pacheco, hace dos años
Elena Poniatowska; en una república literaria que incluye tradiciones tan
imponentes como la argentina, la chilena, la colombiana, la peruana y la
cubana, eso debe verse como una proeza. El Premio FIL de literatura, que le
sigue en jerarquía al Cervantes, pero que además incluye a todos los países de
lenguas romances como el francés, el italiano y el portugués, en los últimos
diez años se le ha otorgado a tres mexicanos: Carlos Monsiváis en 2006, el
mismo Fernando del Paso en 2007, y Margo Glantz en 2010. En lo que se refiere a
los escritores más jóvenes, es de destacar que el Premio Herralde de novela, en
España, premió a escritores mexicanos en los últimos dos años: en 2013 Álvaro
Enrigue y en 2014 Guadalupe Nettel. La literatura mexicana goza de más que una
buena salud y se alza con dignidad en el panorama internacional.
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