Un cuento de Salvador Manzano Anaya
El nuevo restaurante Retro-Brasilero, cuya característica principal es preparar antiguos platillos indígenas de Sudamérica, abrió inusitadamente más temprano sus puertas, hoy, es un día especial, el día de la hermandad Caraiba, la comitiva que le da vida a este negocio comandada por el dueño, ingresaron al amplio y moderno edificio e iniciaron sus labores con premura.
Todos los empleados se aprestaron de inmediato a lo suyo, los afanadores, los meseros y su capitán, el guardia, la cajera y dos hermosas edecanes con un atractivo atuendo típico de indígenas de la cuenca del río amazonas.
Cabe mencionar que todo el personal es originario de Manaus, Porto Velho y otros pueblos ribereños de la caudalosa cuenca del río Amazonas, por consiguiente descendientes de los temidos guerreros Cariabas que poblaron originalmente la región.
El Restaurante tiene un peculiar encanto, está decorado por plantas naturales traídas ex profeso de Brasil, específicamente de la selva amazónica y de los márgenes del Orinoco.
Habrá para la ocasión, iluminación con grandes antorchas, manteles largos y cubiertos especiales. Se escuchará durante todo el día música en vivo de batucada y ritmos nativos.
El platillo especial de la casa para este día, ha sido previamente acordado, comerán los clientes “algo exquisito”, un manjar que hace muchos años no se había elaborado, y además original por sus ingredientes y condimentos exclusivos.
Para ello, el chef principal y el carnicero han planeado hasta el mínimo detalle, afilaron los cuchillos, encargaron gran cantidad de leña y mandaron poner un enorme fogón en el patio trasero, pues el menú principal de la casa, será: “Cliente puntual al pastor”.
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