jueves, 10 de febrero de 2011

El Padre Morelos, una película olvidada

José Luis Vivar


A pesar de que el cineasta michoacano Miguel Contreras Torres (1899-1981) tuvo una trayectoria intensa a lo largo de 44 años, la cual comprende 14 películas silentes y 36 sonoras, sobresalió más por ser un el director que desde el inicio de su carrera en 1920 manifestó su deseo por realizar un cine auténticamente nacionalista. Y vaya que lo supo lograr. Bamba, Hasta que llovió en Sayula, Pueblo en Armas, Tehuantepec, son algunas de sus obras más representativas, plenas de un mexicanismo que se transpira en el celuloide.

                Aun así, existe una película suya que injustamente ha sido olvidada, pero que en este año del bicentenario de nuestra Independencia merece mencionarse y apreciar: El Padre Morelos, la cual filmó en 1942, y tuvo como protagonista a Domingo Soler en el papel principal. Le acompañaron también Consuelo Frank, Narciso Busquets, Dolores Camarillo, Gloria Marel y Alfredo del Diestro.


                Sin ser una cinta de grandes pretensiones, en su momento llamó la atención por el sólido argumento, las actuaciones de buen nivel, y algo curioso para la época: las adecuadas caracterizaciones de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, el conde la Sierra Gorda y Brígida Almonte, por mencionar unos cuantos. Un buen trabajo profesional logró estar por encima de las burdas pelucas y maquillaje barato, algo común entonces.

Apegada a la historia del llamado Siervo de la Nación, Torres, que escribió el argumento basándose en las biografías de autores como Lucas Alemán, don Carlos María de Bustamante y J. Hernández Dávalos,  presenta un Morelos desde su nacimiento (1765), sus días como sacerdote en la iglesia de San Agustín de Carácuaro (1798); hasta su incorporación al movimiento independentista (1810) Si hay algo que merezca mencionarse de esta película es el carácter nacionalista que manifiesta. La intensidad dramática de Soler convence al público porque muestra y demuestra su afán por hacer de esta Nueva España una nación independiente, todo ello mientras suena en el fondo la música sinfónica de Miguel Bernal Jiménez.  



La claridad de sus ideales son trasmitidos en medios planos y planos secuencia fotografiados en escenarios naturales del estado de Michoacán, por Alex Phillips. Este Morelos es real, no una figura de bronce ni una estampita escolar de las que otras producciones han mostrado al público. La determinación y el carácter del protagonista se deba a que en esa época México era testigo y candidato a participar en la Segunda Guerra Mundial, de modo que el desmedido amor a la patria, o la imperiosa necesidad de tomar las armas y pelear contra los españoles resulten hoy en día algo exagerado y fuera de contexto, pero en la naciente década de los años cuarenta era la única forma de escapar a los planes expansionistas de la Alemania nazi. Tal vez por esto mismo es que fue producida por la Secretaría de Gobernación.

 Conseguir El Padre Morelos en DVD puede ser una labor de paciencia franciscana, pero vale la pena porque es de esas obras del cine nacional que pocas veces programan en la televisión. Por otra parte, viene siendo un buen ejemplo de lo que es la biografía de un héroe nacional sin caer en el acartonamiento y en el maniqueísmo tradicional de otros cineastas.

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