lunes, 4 de junio de 2012

Gracias a Eliot

Armando Martínez-Orozco


Así como bate el corazón su nube de ilusión placentera
y el alma que pernocta simplemente
toma del dolor un sufrimiento hondo como el cielo;
se yerguen estas manos para arrancarte los senos
y estos dedos que aprietan tu cintura
como el águila de Eliot que soberbia se posaba.
¡Oh los nómadas que al fin se encuentran satisfechos!
¡Oh la casa de leche que se levanta desde tu pelvis!
¡Oh por este mundo de parábolas eróticas!
Un abrazo tierno y prolongado que ama tu sueño,
la paz con que respiras ya complacida,
eterna en esta ilusión de infinito multiplicado
como en un cuarto de peces,
que hablan de eso que no sabe el hombre ni los mares.
¿Por qué fue la vida que afuera estaba muriendo?
¿Y nosotros por qué? ¿Por cuánta hambre cederemos?
¿Dónde está la esperanza y la poca fe? ¿Con quién?
¡Cuánta húmeda magia que resplandece!
¿Gimes como aquel pueblo de Hiroshima?



Armando Martínez-Orozco es de Colima.








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