Con una discusión en la que
participaron productores locales, artesanos, estudiantes e investigadores del
Centro Universitario del Sur (CUSur) sobre los retos de la producción orgánica
de alimentos, los cultivos criollos y perennes, se llevó a cabo la II edición
del Festival del Maguey y el Pulque, que en esta ocasión tuvo como semilla
invita al maíz.
Las actividades se realizaron este
viernes pasado en Casa del Arte, recinto cultural de la Universidad de
Guadalajara en Ciudad Guzmán, en la que se dieron cita los Productores
Sustentables de la Costa-Sur de Jalisco, los Artesanos de Ciudad Guzmán, el
Colectivo Artesanal Manos Activas, los Dulces Regionales del Fresnito, La
Pulquería A la Sombra del Camichín, El Palacio de la Repostería, el proyecto de
mermelada de jamaica endulzada con miel de agave por estudiantes de nutrición
de CUSur, así como el grupo Casa Almoloyan, que produce licor de agave, de lima
y licor de pechuga de pollo, por su proceso de elaboración a partir del agave
mezcalero de Tonaya, de donde provienen.
Durante el festival se llevó a
cabo un foro de discusión en el que participaron tanto productores como
artesanos, espacio en el que compartieron la labor que vienen haciendo y los
problemas a los que se enfrentan, como la incertidumbre que implica producir y
competir con un mercado que cada vez permea en los pueblos afectando una
organización. Este foro fue coordinado por la Dra. Claudia Magaña de la sede
universitaria de Ciudad Guzmán.
Para el pulquero su principal
problema es andar en busca de maguey cuando son productores sin tierra,
errantes; para el mezcalero es una ofensa tener que llamar a su mezcal “licor
de agave” por una denominación de origen que armó trincheras entre los maestros
mezcaleros que siempre se han dedicado a trabajar el mezcal y que los excluyó
de ese derecho que les pertenece por su trabajo y por cuidar siempre su legado
histórico sobre cómo cada territorio produce su mezcal, con su agave, con sus
herramientas y sus procesos.
Se habló también de cómo es que
un agricultor un buen día decidió aprovechar el mojote que crecía en su tierra
para transformarlo, hacer “café” y difundir sus propiedades bondadosas para la
alimentación; otro de los aspectos fue cómo es que un grupo de campesinos se
unieron y a través del trabajo que se realiza en el Centro Universitario de la
Costa Sur, con Pedro Figueroa en Autlán, donde todos los viernes venden sus
productos en un tianguis que además da pie para un seminario en el que cada vez
participan más productores, estudiantes e investigadores.
También se llevó a cabo una
charla organizada por Nadia Xochiquetzalli González Briseño, estudiante de la
maestría en Ciencia del Comportamiento, con orientación en Alimentación y
Nutrición del CICAN, denominada “Ocho maíces por la seguridad alimentaria, no
al maíz transgénico”. En su charla compartió los problemas a los que se
enfrenta la semilla por las recientes amenazas del Estado para darle cabida al
proyecto de maíz transgénico que ha buscado implementar la trasnacional Monsanto
en México.
Nadia platicó sobre las 52
variedades de maíz con las que cuenta México, compartió con los asistentes cómo
el teosinte o teosintle es considerado la semilla de la cual se cree que
evolucionó el maíz como se conoce en la actualidad, al encontrarse un hallazgo
en la Sierra de Manantlán que fortalece esa hipótesis. Al ser semillas que han
cohabitado con el hombre, refería Nadia, resulta difícil que el mismo hombre la
fuera exterminando, no respetando que la historia del maíz va ligada a la
historia y creencias del hombre.
En la charla, estudiantes y
productores participaron compartiendo las semillas nativas que conocían y que
poco a poco se han olvidado, tal es el caso del amaranto, el huazontle, el
xochohuixtle y el mezquite, entre otras más.
Posteriormente, los estudiantes
de segundo semestre de Desarrollo Turístico Sustentable, del CUSur y
organizadores también del festival, presentaron su propuesta de investigación
denominada “Ruta Agroalimentaria del maguey y el pulque en el Sur de Jalisco”.
Una propuesta que han estado trabajando durante aproximadamente un año, con la
finalidad no de comercializar los saberes pulqueros sino de compartirlos en la
publicación de un libro de viaje, que llevará al lector a conocer y valorar los
saberes de familias de pulqueros que en todo el Sur de Jalisco cuidan y viven
del maguey y del pulque, así como de sus derivados.
Finalmente, el grupo No Son de
Guadalajara, puso el ambiente al festival, incitando a que los asistentes se
levantaran a zapatear con el Siquisiri
y otros sones que animaron a los productores y asistentes.
Cabe mencionar que este festival
fue organizado de forma sustentable, al recibir el apoyo de los productores y
estudiantes universitarios, así como de la División de Ciencias, Artes y
Humanidades para su realización. Dicha actividad como parte del cierre del
taller “la Cultural del Maguey y el Pulque en el Sur de Jalisco”, que desde
hace dos semestre es una alternativa de formación integral para los estudiantes
y público en general en Casa del Arte.
Durante el festival se repartió
pozole criollo, pulque y en varias ocasiones se socializó con el tradicional
juego de lotería, donde los productores donaron productos para que los asistentes
participaran y los recibieran como premio.
En el cierre del festival se
externó el compromiso de que el próximo semestre se involucrara a más
productores y se desarrollaran talleres en los que los asistentes pudieran
compartir con los productores y campesinos sobre los saberes de semillas,
bebidas y productos que se han estado perdiendo en esta época de fuerte
penetración del capitalismo.
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