miércoles, 9 de septiembre de 2015

Remedios Varo. La pintora de sueños

Jorge Mauricio Barajas





El pasado 30 de agosto concluyó la exposición “Remedios Varo. La dimensión del pensamiento”, en el Museo de las Artes (MUSA), de  la Universidad de Guadalajara. Bajo la curaduría de la Mtra. Maribel Arteaga Garibay, subdirectora del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, la exposición exhibió 37 óleos y dibujos, además de libros, y un documental sobre la vida y obra de la artista española, nacionalizada mexicana.



María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga nació en Ángles, Gerona en España el 16 de diciembre de 1908, mostró desde pequeña el interés por la pintura, y alentada por su padre ingresó en 1924 a la Academia de San Fernando en Madrid. Contrae matrimonio con Gerardo Lizárraga su condiscípulo, de quien se divorciaría tres años después. Al estallar la Guerra Civil Española, conoce al poeta Benjamín Péret quien había llegado a España como voluntario para luchar en favor del gobierno republicano, con él iniciaría una relación amorosa, viajan a París después de que la filiación troskista de Péret hizo insostenible su permanencia en España. En Francia conoce a André Bretón y con ello entra al mundo de los surrealistas, con quienes colabora. En 1940 se trasladan a Marsella cuando los alemanes ocupan París, ahí, Varo y varios de los surrealistas reciben apoyo de Varian Fly, un editor neoyorquino quien había creado una red clandestina para trasladar a Norteamérica a personas amenazadas por los nazis y los colaboracionistas franceses. Fue gracias a él que Marcel Duchamp, Hannah Arendt, Breton, Claude Levi-Strauss y muchos otros lograron exiliarse en Nueva York. Pero Estados Unidos le niega el ingresó a Péret por la larga militancia comunista del poeta, es entonces México la opción de exilio.

Gracias al apoyo económico de Peggy Guggenheim, obtenido a través de Max Ernest, abordan el Serpa Pinto el 22 de noviembre de 1941, desembarcan en Veracruz el 16 de diciembre. El maestro Rafael Vargas rememora en un estupendo artículo de 2008 para la Revista Proceso, las penurias económicas y difíciles que tuvieron que sortear el poeta y la pintora recién llegados al país. Instalados en el número 18 de la calle Gabino Barreda, entablan amistad con Leonora Carrington, Octavio Paz, Gunther Gerzso. En 1947 Péret decide regresar a Francia, Remedios Varo se queda definitivamente en México.

A finales de 1947 Remedios viaja a Venezuela en compañía del piloto Jean Nicolle como parte de una expedición científica organizada por el Instituto Francés de América Latina, Varo va como ilustradora, según cuenta la historiadora Tere Arq en su ensayo “Remedios Varo y la Casa Bayer”. Comienza a trabajar para la Casa Bayer como ilustradora, y eventualmente pinta óleos. En 1952 se convierte en la pareja del austriaco Walter Gruen, un exiliado como ella llegado a México en 1942, Gruen la convence de que se concentre en pintar y le da la estabilidad necesaria para ello. Es este el periodo más prolífico de la pintora, de sus 365 obras catalogadas, 253 fueron realizadas entre 1952 y 1963 el año de su muerte.

Remedios Varo presentó su primera exposición en la Galería Diana, en Paseo de la Reforma, entre el 25 de abril y el 15 de mayo de 1956. Compuesta por catorce obras, fue recibida con admiración y sorpresa. Jorge Crespo de la Serna publicó en Revista de la Universidad de México; “Remedios Varo, española, apenas es conocida por unos cuantos gambusinos de arte. Pero quien visite la minúscula y fina galería Diana, verá qué clase de pintora es esta dama, modesta, y acaso excesivamente tímida que, viviendo entre nosotros desde 1941, apenas ahora es cuando se decide a enseñar muestras exquisitas de su arte".

La obra de la pintora ha sido muy valorada, publicaciones de artículos, libros dan cuenta de ello. Ediciones Era, la casa editorial mexicana que más libros le ha dedicado, edito en 1989, “Viajes inesperados. El arte y la vida de Remedios Varo”, lo leí por primera vez en 1994, y fue un descubrimiento asombroso de una artista en toda la extensión de la palabra, escrito por Janet A. Kaplan, es fuente bibliográfica obligada para escribir sobre la pintora.
Falleció el 8 de octubre de 1963, a los 55 años, de un infarto al miocardio, Rosario Castellanos, la escritora y poeta le dedicó un poema titulado “Metamorfosis de la hechicera”, que apareció en el número de diciembre de la Revista de la Universidad de México:

“¿Qué figuras nos dejas entrever
            Su transparencia?
Galerías sin fin, palacios desolados,
Complejas maquinarias
Donde se transformaba el universo
En belleza y en orden y en ley
            Resplandeciente.
Mujer, hilaba copos de luz, tejía redes
Para apresar estrellas.”

Bien por el Museo de las Artes al exhibir la muestra del grandioso trabajo de la tejedora de sueños. Artista trascendental, forma junto a Leonora Carrington y Frida Kahlo, la tercia de pintoras más sobresalientes de México en el siglo 20.


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