Lizeth Sevilla/Bajo el Volcán
Eran para un amor que se lo llevó el carajo
Gabriel García Márquez
Porque los hombres son como las ciudades
emergen en el primer misterio de sus ojos
despojados de tiempo.
Porque fuiste hombre y tus manos convocaron al fuego de mi cuerpo
tu piel blanca se quedó impregnada entre las sábanas
porque no nos quedaron momentos para desmenuzarnos
se hizo de día y llegó el asombro
y se quedaron viudos los recovecos de la piel
con el frío de la mañana
anunciando la lluvia
Porque se extinguieron los sonidos de tu boca
y te fuiste a recorrer las calles
su gente, sus historias
quisiste apropiarte de ese ruido clandestino de ciudad
y te encontraste pueblo, pastizal, lluvia.
Ya no pudiste reflejar el brillo de tus ojos en esos portales
ni pudieron tus pasos trazar la ruta para encontrarte
años después
Porque tus ojos claros renunciaron a mis ojos
y ya no pude verte regado en la tierra fértil
reposando tu alma en mi entrepierna
teniendo muertes diminutas con el blues de algún
atardecer
Porque los hombres son como las ciudades
emergen del vacío cargados de metáforas
Y después desaparecen en alguna realidad
en alguna trinchera
en la que sólo está este cuerpo despojado de tu cuerpo.
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